sábado, mayo 28, 2005
See Paris Die
1- LA CASA DE CERA (House of Wax), de Jaume Collet-Serra.
La casa de cera es la sorpresita del año. Gran película de terror con producción de Dark Castle, una productora ejemplar en encontrarle la vuelta al género, más allá de resultados finales. El publicitario catalán Collet-Serra se toma su tiempo al narrar y logra acrecentar la tensión con el correr de los minutos. Más que una película que provoca pánico se trata de una que produce un nerviosismo constante en el espectador y que aprovecha la explicitud para shockearlo. Encima cuenta con un sentido del humor bastante negro y varios guiños a quienes conozcan 1 night in Paris, el video casero que terminó de popularizar a Paris Hilton. Realmente vale la pena ver a Paris morir.
2- MELINDA Y MELINDA, de Woody Allen.
Hace años que la carrera de Allen es un papelón. Melinda y Melinda lo encuentra a años luz de los momentos de inspiración que tuvo el neoyorquino, pero al menos se distancia bastante de sus usuales bodrios. Acá mezcla en dos historias, ambas protagonizadas por las Melinda del título, cada uno de los estereotipos del drama y la comedia. Todo convenientemente justificado por el aroma a charla de café que sobrevuela la película. Will Ferrell está curiosamente insoportable al intentar copiar cada tic de Allen.
* MUY PARECIDO AL AMOR (A Lot Like Love), de Nigel Cole.
Mango está muy entusiasmado y recomienda Muy parecido al amor, segundo estreno del jueves con Amanda Peet. JMDude tiene algo más de mesura con respecto a la película pero está lejos de castigarla. Una comedia romántica con encuentros y desencuentros a través de los años siempre suena bien, pero en esta trabaja Ashton Kutcher.
* CAMA ADENTRO, de Jorge Gaggero.
Cama adentro es la esperada ópera prima del director del corto Ojos de fuego, que formó parte de Historias breves. La película fue seleccionada como apertura del VII bafici a pesar de contar con Norma Aleandro en el elenco, razón suficiente para desconfiar y alejarse de ella lo más posible.
con delay...
STAR WARS: EPISODIO III. LA VENGANZA DE LOS SITH, de George Lucas.
La venganza de los Sith no es ni tan "tan", ni muy "muy". Después de los quince minutos iniciales, tranquilamente uno de los mejores momentos de la saga, la acción comienza a diluirse. Cada irrupción de esa mentira llamada Natalie Portman se vuelve intolerable, lo que funcionaba por ribetes melodramáticos en Episodio II acá se vuelve completamente forzado para resolver lo que todos ya sabían que había que resolver. Otras apariciones vergonzosas son las de Palpatine y Chewbacca. Es cierto que podía ser bastante peor y el final, sólo hasta la concreción de lo que todo el mundo esperaba, es brillante. Después se arruina. "Tanto quilombo por una mina, flaco".
La casa de cera es la sorpresita del año. Gran película de terror con producción de Dark Castle, una productora ejemplar en encontrarle la vuelta al género, más allá de resultados finales. El publicitario catalán Collet-Serra se toma su tiempo al narrar y logra acrecentar la tensión con el correr de los minutos. Más que una película que provoca pánico se trata de una que produce un nerviosismo constante en el espectador y que aprovecha la explicitud para shockearlo. Encima cuenta con un sentido del humor bastante negro y varios guiños a quienes conozcan 1 night in Paris, el video casero que terminó de popularizar a Paris Hilton. Realmente vale la pena ver a Paris morir.
2- MELINDA Y MELINDA, de Woody Allen.
Hace años que la carrera de Allen es un papelón. Melinda y Melinda lo encuentra a años luz de los momentos de inspiración que tuvo el neoyorquino, pero al menos se distancia bastante de sus usuales bodrios. Acá mezcla en dos historias, ambas protagonizadas por las Melinda del título, cada uno de los estereotipos del drama y la comedia. Todo convenientemente justificado por el aroma a charla de café que sobrevuela la película. Will Ferrell está curiosamente insoportable al intentar copiar cada tic de Allen.
* MUY PARECIDO AL AMOR (A Lot Like Love), de Nigel Cole.
Mango está muy entusiasmado y recomienda Muy parecido al amor, segundo estreno del jueves con Amanda Peet. JMDude tiene algo más de mesura con respecto a la película pero está lejos de castigarla. Una comedia romántica con encuentros y desencuentros a través de los años siempre suena bien, pero en esta trabaja Ashton Kutcher.
* CAMA ADENTRO, de Jorge Gaggero.
Cama adentro es la esperada ópera prima del director del corto Ojos de fuego, que formó parte de Historias breves. La película fue seleccionada como apertura del VII bafici a pesar de contar con Norma Aleandro en el elenco, razón suficiente para desconfiar y alejarse de ella lo más posible.
con delay...
STAR WARS: EPISODIO III. LA VENGANZA DE LOS SITH, de George Lucas.
La venganza de los Sith no es ni tan "tan", ni muy "muy". Después de los quince minutos iniciales, tranquilamente uno de los mejores momentos de la saga, la acción comienza a diluirse. Cada irrupción de esa mentira llamada Natalie Portman se vuelve intolerable, lo que funcionaba por ribetes melodramáticos en Episodio II acá se vuelve completamente forzado para resolver lo que todos ya sabían que había que resolver. Otras apariciones vergonzosas son las de Palpatine y Chewbacca. Es cierto que podía ser bastante peor y el final, sólo hasta la concreción de lo que todo el mundo esperaba, es brillante. Después se arruina. "Tanto quilombo por una mina, flaco".
miércoles, mayo 18, 2005
Noche alucinante
1 RONDA NOCTURNA, de Edgardo Cozarinsky.
Una suerte de Waking Life del subdesarrollo, sin la animación ni el atractivo visual de la obra maestra de Linklater. La nueva película de Cozarinsky está construida por una sucesión de viñetas en las que lo artificioso en los diálogos produce una sensación de extrañamiento. El amor y la muerte son los dos grandes temas de una película onírica. A no ser perejil y tomarse todo como un reflejo de la situación blah-blah-blah, que después te excusan a la película dentro de su mundo fantástico y no podés decir nada.
2- QUERIDO FRANKIE (Dear Frankie), de Shona Auerbach.
Inesperado no bodrio a partir de evitar recurrir al golpe bajo constante. Es cierto que no hay mucho más en este debut de Shona Auerbach. Pero no es poco al tratarse de una película con una madre soltera, un sordito, un padre ausente y abusón y uno al que llaman El Extraño, que la juega de padre del nene y quiere presentarle a su bambi (® 2005 $harly) a la madre soltera. Para llevar a la nona al cine.
*- STAR WARS: EPISODIO III. LA VENGANZA DE LOS SITH, de George Lucas.
JMDude y Juan P. la aman pasionalmente y la defienden a muerte, pero ya escuché varias voces disidentes que hablan de "película formulario" e incluso llegaron a pedir la cabeza de Lucas. Juan P. le pone algún mínimo reparo a la primera mitad y destaca la actuación del otrora nabo Anakin. Los dos resaltan que Lucas está en plena forma, a pesar de no ser un gran director. Que la fuerza esté con los dos cinequanones y no sea ésta una decepción.
con delay...
CLEAN, de Olivier Assayas.
Otro acierto del francés. Es difícil encontrar encuadres más agradables a los ojos que los de Assayas. En Clean, el director sigue a Cheung a todas partes en una lucha contra los prejuicios frente a las drogas y el machismo en el rock. La escena clave está cerca del final, cuando Cheung da una explicación infantil sobre el uso de las drogas. Clean es una película didáctica sobre el proceso de rehabilitación. Por eso no molestan jamás algunas escenas aisladas que se utilizan para justificar reacciones posteriores. Sobre todo cuando son funcionales a la mirada despojada de sensiblería de Assayas. Además, la Emily Wang compuesta por Maggie Cheung con aires Courtney Lovescos es la fotogenia hecha personaje. James Johnston la descose y, para felicidad de la platea, tampoco faltan otras apariciones rockeras.
Una suerte de Waking Life del subdesarrollo, sin la animación ni el atractivo visual de la obra maestra de Linklater. La nueva película de Cozarinsky está construida por una sucesión de viñetas en las que lo artificioso en los diálogos produce una sensación de extrañamiento. El amor y la muerte son los dos grandes temas de una película onírica. A no ser perejil y tomarse todo como un reflejo de la situación blah-blah-blah, que después te excusan a la película dentro de su mundo fantástico y no podés decir nada.
2- QUERIDO FRANKIE (Dear Frankie), de Shona Auerbach.
Inesperado no bodrio a partir de evitar recurrir al golpe bajo constante. Es cierto que no hay mucho más en este debut de Shona Auerbach. Pero no es poco al tratarse de una película con una madre soltera, un sordito, un padre ausente y abusón y uno al que llaman El Extraño, que la juega de padre del nene y quiere presentarle a su bambi (® 2005 $harly) a la madre soltera. Para llevar a la nona al cine.
*- STAR WARS: EPISODIO III. LA VENGANZA DE LOS SITH, de George Lucas.
JMDude y Juan P. la aman pasionalmente y la defienden a muerte, pero ya escuché varias voces disidentes que hablan de "película formulario" e incluso llegaron a pedir la cabeza de Lucas. Juan P. le pone algún mínimo reparo a la primera mitad y destaca la actuación del otrora nabo Anakin. Los dos resaltan que Lucas está en plena forma, a pesar de no ser un gran director. Que la fuerza esté con los dos cinequanones y no sea ésta una decepción.
con delay...
CLEAN, de Olivier Assayas.
Otro acierto del francés. Es difícil encontrar encuadres más agradables a los ojos que los de Assayas. En Clean, el director sigue a Cheung a todas partes en una lucha contra los prejuicios frente a las drogas y el machismo en el rock. La escena clave está cerca del final, cuando Cheung da una explicación infantil sobre el uso de las drogas. Clean es una película didáctica sobre el proceso de rehabilitación. Por eso no molestan jamás algunas escenas aisladas que se utilizan para justificar reacciones posteriores. Sobre todo cuando son funcionales a la mirada despojada de sensiblería de Assayas. Además, la Emily Wang compuesta por Maggie Cheung con aires Courtney Lovescos es la fotogenia hecha personaje. James Johnston la descose y, para felicidad de la platea, tampoco faltan otras apariciones rockeras.
Burt Reynols Ensamble
1- BUSCANDO A REYNOLS, de Néstor Frenkel.
Buscando a Reynols es una película importante. Su mayor virtud es el acercamiento de Frenkel a la banda, sobre todo al tratarse de un documental que todo el tiempo cuestiona la forma de encarar el arte en general. Esto lo hace a partir de los Reynols, pero la película está lejos de celebrar a la banda. Frenkel los toma como ejemplo paradigmático de la experiencia artística. Si bien eso es lo más interesante del documental desde lo formal, por los contenidos del film se percibe que Reynols tal vez sea LA BANDA para este tipo de documentales. Ningún otro grupo ha generado la cantidad de mitos y/o verdades que se dicen sobre ellos. Además, como era de esperarse, Tomasín se roba la película. Lejos de cualquier tipo de análisis, lo que hace de Buscando a Reynols obligatoria es la cantidad de momentos mágicos que refleja. Tiene demasiadas secuencias en las que el espectador queda pasmado:
- ante la duda de la existencia de la banda, Jazzy Mel dice "los Reynols existen, los que no existimos somos todos nosotros"
Lía Salgado le pregunta a Tomasín qué quiere pedir. El responde "trabajo". Ella busca ser políticamente correcto e interpreta "trabajo para todos los argentinos". Tomasín replica "no, para mí solo".
- La banda va a tocar y a presentar un disco al programa de Mario Socolinsky. Cuando el pediatra-conductor les pide que hablen de su disco, la banda muestra el primer disco de Velvet Underground.
- Tomasín, desde la batería, comienza a despotricar contra su público en medio de un show.
Hay mucho más para decir, pero esto debería ser suficiente para que quien lea se decida a acercarse al Cosmos, Tita Merello o Malba. Acá hay más razones y alguna que otra más debería andar por acá. Un último acierto a resaltar: el clasicismo narrativo del documental. Frenkel no busca ser él quien experimenta, sino que eso se lo deja a la banda. Así evita redundancias típicas del cine, como cada vez que se sacude la cámara para encuadrar a alguien nervioso o se sigue a un borracho con la cámara zigzagueante.
2- LA CASA DE LAS DAGAS VOLADORAS (House of flying daggers), de Zhang Yimou.
A Zhang Yimou no le interesa trasladar la magia de un momento a imágenes. El busca crear un poema con cada encuadre. Si bien esta grasada visual era molesta en Héroe, ahora en La casa de las dagas voladoras fluye con mayor naturalidad al encontrar una razón de ser en la exacerbación melodramática. Toda pasión debe ser desmesurada dentro de este género y por eso no queda mal tanta campiña y pradera. Esto la acerca un tanto a Episodio II, otra película con sables cargadísima con el (justificadamente) más mersa de los melodramas. Hay que decir que las coreografías de este wuxia pian (películas de espadachines chinos) son muy superiores a las de cualquier Episodio, pero también hay una innecesaria repetición constante del "efectito bala de Matrix" para resolver varias secuencias. Otro punto importante a destacar es que La casa de las dagas voladoras comparte el juego de máscaras de Héroe, pero esta vez por suerte no coquetea ideológicamente con el imperialismo.
3- LA MARCA DE LA BESTIA (Cursed), de Wes Craven.
Si se habla de regímenes totalitarios dentro del cine, es difícil esquivar la mención de Disney y las empresas que aglutina. Wes Craven y Kevin Williamson fueron quienes sufrieron esta vez los famosos tijeretazos en este aggiornamiento de la historia del Hombre Lobo. La marca de la bestia no es un desastre, pero eso no se lo debe a Craven-Williamson sino a Jessie Eisenberg y Christina Ricci. El chico de Cosas de hombres vuelve a estar inmejorable y junto a Ricci le dan algo de espíritu a una película que era sólo un compendio de sustos y chistes. Eso sí, todo con bastante buen timing.
4- LA VIDA ES UN MILAGRO (Zivot Je Cudo), de Emir Kusturica.
Se dice que Kusturica sigue siendo Kusturica, pero la sensación que da La vida es un milagro es que directamente se lo comió el personaje. No parece que sigue haciendo lo mismo, sino que da la sensación que tiene que hacerlo por obligación. Más animales (a los únicos del rubro actoral a los que les sienta bien la sobreactuación), gitanos que gritan constantemente, algún chiste muy bueno, demasiado grotesco, problemas amorosos, más chistes con merca, situaciones disparatadas, alegorías sobre la guerra... Y otra vez más de dos horas y media. Emir Kusturica logró que no se puede decir que lo suyo sea un estilo sino ya un estereotipo. Kusturica es un cineasta cada vez más superficial.
* CLEAN, de Olivier Assayas.
Cineasta discutido, al menos en este blog, es Oliver Assayas. Guido Segal dice que Clean está buena para estar hecha por un director que no tiene personalidad. Assayas es más ecléctico que impersonal, pero seguramente Guido tenga razón al decir que Clean es moralmente interesante y al definir a Clean como "un monólogo de Maggie Cheung, un enorme acto de amor" de parte de Assayas (él lo agredía en lugar de mencionarlo).
* ADIOS QUERIDA LUNA, de Fernando Spiner.
Guido también vio Adiós querida Luna y dice que es interesante, pero todos esos puntos de interés pueden encontrarse fuera de la pantalla y no dentro de ella. Por lo que le leí, da la sensación que Guido piensa que es muy mala pero un tanto simpática, así que no quiere defenestrarla. Habrá que verla para comprobarlo y por ser una película en la que hay una base espacial en Temperley.
Buscando a Reynols es una película importante. Su mayor virtud es el acercamiento de Frenkel a la banda, sobre todo al tratarse de un documental que todo el tiempo cuestiona la forma de encarar el arte en general. Esto lo hace a partir de los Reynols, pero la película está lejos de celebrar a la banda. Frenkel los toma como ejemplo paradigmático de la experiencia artística. Si bien eso es lo más interesante del documental desde lo formal, por los contenidos del film se percibe que Reynols tal vez sea LA BANDA para este tipo de documentales. Ningún otro grupo ha generado la cantidad de mitos y/o verdades que se dicen sobre ellos. Además, como era de esperarse, Tomasín se roba la película. Lejos de cualquier tipo de análisis, lo que hace de Buscando a Reynols obligatoria es la cantidad de momentos mágicos que refleja. Tiene demasiadas secuencias en las que el espectador queda pasmado:
- ante la duda de la existencia de la banda, Jazzy Mel dice "los Reynols existen, los que no existimos somos todos nosotros"
Lía Salgado le pregunta a Tomasín qué quiere pedir. El responde "trabajo". Ella busca ser políticamente correcto e interpreta "trabajo para todos los argentinos". Tomasín replica "no, para mí solo".
- La banda va a tocar y a presentar un disco al programa de Mario Socolinsky. Cuando el pediatra-conductor les pide que hablen de su disco, la banda muestra el primer disco de Velvet Underground.
- Tomasín, desde la batería, comienza a despotricar contra su público en medio de un show.
Hay mucho más para decir, pero esto debería ser suficiente para que quien lea se decida a acercarse al Cosmos, Tita Merello o Malba. Acá hay más razones y alguna que otra más debería andar por acá. Un último acierto a resaltar: el clasicismo narrativo del documental. Frenkel no busca ser él quien experimenta, sino que eso se lo deja a la banda. Así evita redundancias típicas del cine, como cada vez que se sacude la cámara para encuadrar a alguien nervioso o se sigue a un borracho con la cámara zigzagueante.
2- LA CASA DE LAS DAGAS VOLADORAS (House of flying daggers), de Zhang Yimou.
A Zhang Yimou no le interesa trasladar la magia de un momento a imágenes. El busca crear un poema con cada encuadre. Si bien esta grasada visual era molesta en Héroe, ahora en La casa de las dagas voladoras fluye con mayor naturalidad al encontrar una razón de ser en la exacerbación melodramática. Toda pasión debe ser desmesurada dentro de este género y por eso no queda mal tanta campiña y pradera. Esto la acerca un tanto a Episodio II, otra película con sables cargadísima con el (justificadamente) más mersa de los melodramas. Hay que decir que las coreografías de este wuxia pian (películas de espadachines chinos) son muy superiores a las de cualquier Episodio, pero también hay una innecesaria repetición constante del "efectito bala de Matrix" para resolver varias secuencias. Otro punto importante a destacar es que La casa de las dagas voladoras comparte el juego de máscaras de Héroe, pero esta vez por suerte no coquetea ideológicamente con el imperialismo.
3- LA MARCA DE LA BESTIA (Cursed), de Wes Craven.
Si se habla de regímenes totalitarios dentro del cine, es difícil esquivar la mención de Disney y las empresas que aglutina. Wes Craven y Kevin Williamson fueron quienes sufrieron esta vez los famosos tijeretazos en este aggiornamiento de la historia del Hombre Lobo. La marca de la bestia no es un desastre, pero eso no se lo debe a Craven-Williamson sino a Jessie Eisenberg y Christina Ricci. El chico de Cosas de hombres vuelve a estar inmejorable y junto a Ricci le dan algo de espíritu a una película que era sólo un compendio de sustos y chistes. Eso sí, todo con bastante buen timing.
4- LA VIDA ES UN MILAGRO (Zivot Je Cudo), de Emir Kusturica.
Se dice que Kusturica sigue siendo Kusturica, pero la sensación que da La vida es un milagro es que directamente se lo comió el personaje. No parece que sigue haciendo lo mismo, sino que da la sensación que tiene que hacerlo por obligación. Más animales (a los únicos del rubro actoral a los que les sienta bien la sobreactuación), gitanos que gritan constantemente, algún chiste muy bueno, demasiado grotesco, problemas amorosos, más chistes con merca, situaciones disparatadas, alegorías sobre la guerra... Y otra vez más de dos horas y media. Emir Kusturica logró que no se puede decir que lo suyo sea un estilo sino ya un estereotipo. Kusturica es un cineasta cada vez más superficial.
* CLEAN, de Olivier Assayas.
Cineasta discutido, al menos en este blog, es Oliver Assayas. Guido Segal dice que Clean está buena para estar hecha por un director que no tiene personalidad. Assayas es más ecléctico que impersonal, pero seguramente Guido tenga razón al decir que Clean es moralmente interesante y al definir a Clean como "un monólogo de Maggie Cheung, un enorme acto de amor" de parte de Assayas (él lo agredía en lugar de mencionarlo).
* ADIOS QUERIDA LUNA, de Fernando Spiner.
Guido también vio Adiós querida Luna y dice que es interesante, pero todos esos puntos de interés pueden encontrarse fuera de la pantalla y no dentro de ella. Por lo que le leí, da la sensación que Guido piensa que es muy mala pero un tanto simpática, así que no quiere defenestrarla. Habrá que verla para comprobarlo y por ser una película en la que hay una base espacial en Temperley.
Después de hora
para Cantate algo
Jueves a la noche. Llegamos a La Cigale con G, L & M. Todos odian ese bar, pero no termino bien de entenderlo. Yo tengo demasiados recuerdos de ese lugar. Conocí gente, me deshice de otras personas, compartí grandes noches, disfruté los shows enormes del Ciclo P -RIP-, fortalecí relaciones. Todo en ese lugar que sentí cómo se empezó a arruinar allá por fines del 2002, cuando se terminó de masificar eso de salir los martes. O cuando la mayoría de los que lo hacían se avivaron que ir a Job's era pésimo.
Hacía bastante que no iba a La Cigale. La última vez que fui todavía estaba en pareja (nunca supe si estuve de novio o era alguien con quien garchaba frecuentemente, pero eso ya no es relevante) y habíamos ido a ver a la actual de una ex pareja mía (alguien con quien garché no tan frecuentemente). Fue durante el verano y me quedó un recuerdo amable tanto por aquel tecnopop dulzón que emanaba desde el escenario como por la comodidad de ver un show con el bar medio lleno (o medio vacío, depende del humor).
Lo que no había tenido en cuenta es que aquel recital había sido un lunes y no un jueves como éste. Ya desde antes de entrar se notaba que La Cigale estaba insoportable esa noche. Se ve que del verano a estos días la gente ya le perdió el miedo al hacinamiento rockero. O tal vez la razón se encuentre en el contexto actual de recitales, tan lleno de shows carísimos que los gratuitos parecen un lujo de unas pocas ocasiones. En la esquina ya me había cruzado a joey y nerd. Apenas nos abrieron la puerta de La Cigale, junto con un vaho insoportable, detecté a Marinita, Lucas, Martín, SteLLaR y Esteban. Cabe aclarar que no los responsabilizo por el vaho, que provenía de la barra del bar.
Tras saludar a los amigos privilegiados al estar cómodamente sentados, parto con mis acompañantes hacia el vaho o la barra, como prefieran. Pedimos la primera ronda de tragos de la noche. Me causa gracia recordar haber leído esa misma mañana la nota sobre el chico de la barra -no vale decir el chico del vaho- y de Hamacas al río (esa mañana me desayuné con que también trabaja en el Borda). El pensamiento deja de ser divertido desde el instante en que me doy cuenta que en la nota dice que la gente que ve en el bar está peor que la del neuropsiquiátrico. Me inquieta un poco saber qué pensará mientras nos atiende, pero reconozco que desde hace un tiempo que ando algo susceptible con el tema.
Me alejo de la barra y recibo un mensaje de texto en el telefonito que dice "vas?". Creo que respondo "estoy" y me voy al baño. Cuando vuelvo me sorprendo al ver a JD. Me quedo hablando un rato, me cae muy bien. Desde la barra, donde junto a mis cosas habían quedado G & L (M siempre conoce gente, sobre todo en los shows de Los álamos, y andaba dando vueltas como yo), que me hacían señas para que vuelva. Me tomé un rato porque me gustaba la charla, pero me sentí un tanto incómodo porque temía que JD note que me estaban haciendo señas como si yo les hubiese dicho "háganme zafar" o algo así. Mientras charlaba pasó satur, que me dejó un disco en la mano para que le pase a JD, entre otros. Me hice el gil porque quería escuchar el disco y no se lo pasé en ese momento.
Vuelta a la barra, segunda ronda y charlo un rato más. De ahí a la mesa de entrada y me siento a chatear un rato con los chicos, que siguen ahí en la mesa de al lado de la puerta. A e I, responsables del mensaje que recibí un ratito antes, llegan a La Cigale y me saludan con desconfianza. Estoy seguro que asumieron que iba a estar solo y no en una mesa llena de alegres borrachines.A e I se pierden entre el vaho. Una ronda más de bebidas y me doy cuenta que el show está por comenzar. También noto que descuidé un tanto a mis acompañantes originales, pero tampoco creí que me necesitaban mucho. Voy para el fondo (o para adelante, depende si se tiene en cuenta como referencia al bar o al escenario) y veo que A e I consiguieron mesa a un costado del escenario, aunque detrás de una columna que lo tapa un poco. Al ladito, esquivando la columna para poder ver, estaban mis acompañantes y me quedé, entonces, ahí parado mientras empezaba el show.
Entre los grupos relativamente nuevos, Los álamos son LA BANDA. Ya van varias veces que los veo en vivo y me parece que son importantes e interesantes. La grandilocuencia de mis adjetivos encuentra fundamentos en cada show de ellos que pude ver. Me acuerdo cuando tocaron en la última fiesta jevi que se hizo en Palermo, esa noche y ese show sentí que fueron demasiado. Pensar que por un cumpleaños casi terminaba en el Podestá, pero por suerte me fui y apenas subí a la fiesta estaban empezando a tocar. Tengo que decir que son los grandes candidatos a disco decepción del año, porque hace rato que no espero con tanta ansiedad y expectativas escuchar el disco de estudio de una banda nacional. Encima la tienen complicada, porque claramente es más fácil la creación de climas propicios al disfrute al tocar en vivo que en un disco. Van dos canciones del show e I me dice que se siente como en una road movie. Y eso que desde su asiento no se ven bien las proyecciones de autos, fábricas y rutas desérticas. Pienso en lo que dice I, que no me sorprende al tratrse de una banda de alt country -aunque prefiero la etiqueta de narco country, como se autodefinen-, y no me quedan dudas que entonces a ellos les encanta viajar. Se nota cuánto disfrutan el vivo, en todos sus conciertos se siente que no quieren bajar nunca del escenario. Además, siempre tienen algún cover a mano para usar de excusa y quedarse un ratito más. Es raro, porque por lo general me molesta la gente a la que le cuesta irse.
Terminan. Creo que a pesar de la extensión, todos se quedaron con ganas de un poquito más. Siento una sensación muy parecida a la gula, pero tal vez sea sólo mi panza demasiado hinchada por el alcohol. Marinita, sebaxxxtian (aka nerd), SteLLaR, Lucas, Esteban y Martín se van volando. Ellos siempre odiaron La Cigale. Sé que satur no tenía ganas de ir hasta allá. así que asumí que se escapó antes de que terminen de tocar. Los chicos se van a seguir tomando en otro lugar, pero les pido que me digan adónde, porque me quiero unir más tarde.
Estoy en la mesa con A e I y noto alegría en sus rostros. Por suerte les gustó el show. Siempre me gustó mucho la idea de invitar a alguien para que vea algo que desconoce y lo termine disfrutando mucho. Por alguna razón esta noche no siento tanto placer ante esto como me solía suceder. Y eso que tengo algo personal con I en cuanto a temas como éste. Algo relacionado con el 'dime con quién andas...', pero no viene al caso en este momento. I llega a hablar con alguien en la banda para preguntar cuándo los puede ver de nuevo o dónde puede conseguir el disco. Sabía que iba a hacer eso, a veces odio no apostar con alguien sobre algunas actitudes. También era un tanto obvio que I iba a andar dando vueltas para dejarme, de a ratos, solo con A.
G, L & M siguen a un costado de la columna charlando. No parecen estar pasándola mal, pero se quieren ir. Llega el momento de decidir qué voy a hacer. Sigo sin estar muy convencido, pero igual me quedo y pido una ronda más. Ellos se van y me quedo pensando un rato. Nosotros nos quedamos un poco más: Charlamos y nos sacamos alguna que otra foto. Por momentos trastabillo, a veces me entra la testadurez y exagero en temas que sé que debí haber evitado.
Es tarde y La Cigale todavía no se ve desolada. Pero hay algo en el aire. Cuaquiera que entrase al lugar en un momento así se daría cuenta que el ambiente no es para nada malo, pero también notaría que el punto más alto de la noche pasó hace largo rato. No me gusta tener esa sensación tan presente y creo que A e I también pueden presentirla. Propongo un cambio de sede para estirar más la noche. I tiene que madrugar, pero sé que le conviene porque el nuevo bar la favorece geográficamente. Hago las dos preguntas del rigor con respecto a ese tema. Todo funciona aceitado. Llegamos al Imaginario, donde esperan los bloggers. Noto que desde que llegaron no bebieron tanto como yo asumía. Las charlas fluyen junto con la cerveza. Sacamos más fotos. Varias bastante comprometidas / comprometedoras. La paso bien con ellos los jueves a la noche. Me estoy divirtiendo y no quiero irme, pero sé que estamos cerca de las 5 am y me da miedo pensar en la hora en que puede terminar la noche. Además se nota que hace bastante que I se quiere ir a dormir. A A no le molesta, creo que no tiene problemas en estar entre gente por demás alcoholizada.
Hago la pregunta necesaria, saludo a los bloggers y nos retiramos con A e I. Como estaba planeado, I se baja primero, ahí cerquita. La noche, al igual que este texto, se extendió bastante más de lo planeado. Yo aprovecho un semáforo en rojo en 9 de Julio, después mantengo el rumbo, yada, yada, yada veo en el slsk a las 10 am como en el room Pinkmoon Rick Hunter discute con Marinita. Pienso "esto ya es demasiado" y me duermo.
Naza Chong.
Jueves a la noche. Llegamos a La Cigale con G, L & M. Todos odian ese bar, pero no termino bien de entenderlo. Yo tengo demasiados recuerdos de ese lugar. Conocí gente, me deshice de otras personas, compartí grandes noches, disfruté los shows enormes del Ciclo P -RIP-, fortalecí relaciones. Todo en ese lugar que sentí cómo se empezó a arruinar allá por fines del 2002, cuando se terminó de masificar eso de salir los martes. O cuando la mayoría de los que lo hacían se avivaron que ir a Job's era pésimo.
Hacía bastante que no iba a La Cigale. La última vez que fui todavía estaba en pareja (nunca supe si estuve de novio o era alguien con quien garchaba frecuentemente, pero eso ya no es relevante) y habíamos ido a ver a la actual de una ex pareja mía (alguien con quien garché no tan frecuentemente). Fue durante el verano y me quedó un recuerdo amable tanto por aquel tecnopop dulzón que emanaba desde el escenario como por la comodidad de ver un show con el bar medio lleno (o medio vacío, depende del humor).
Lo que no había tenido en cuenta es que aquel recital había sido un lunes y no un jueves como éste. Ya desde antes de entrar se notaba que La Cigale estaba insoportable esa noche. Se ve que del verano a estos días la gente ya le perdió el miedo al hacinamiento rockero. O tal vez la razón se encuentre en el contexto actual de recitales, tan lleno de shows carísimos que los gratuitos parecen un lujo de unas pocas ocasiones. En la esquina ya me había cruzado a joey y nerd. Apenas nos abrieron la puerta de La Cigale, junto con un vaho insoportable, detecté a Marinita, Lucas, Martín, SteLLaR y Esteban. Cabe aclarar que no los responsabilizo por el vaho, que provenía de la barra del bar.
Tras saludar a los amigos privilegiados al estar cómodamente sentados, parto con mis acompañantes hacia el vaho o la barra, como prefieran. Pedimos la primera ronda de tragos de la noche. Me causa gracia recordar haber leído esa misma mañana la nota sobre el chico de la barra -no vale decir el chico del vaho- y de Hamacas al río (esa mañana me desayuné con que también trabaja en el Borda). El pensamiento deja de ser divertido desde el instante en que me doy cuenta que en la nota dice que la gente que ve en el bar está peor que la del neuropsiquiátrico. Me inquieta un poco saber qué pensará mientras nos atiende, pero reconozco que desde hace un tiempo que ando algo susceptible con el tema.
Me alejo de la barra y recibo un mensaje de texto en el telefonito que dice "vas?". Creo que respondo "estoy" y me voy al baño. Cuando vuelvo me sorprendo al ver a JD. Me quedo hablando un rato, me cae muy bien. Desde la barra, donde junto a mis cosas habían quedado G & L (M siempre conoce gente, sobre todo en los shows de Los álamos, y andaba dando vueltas como yo), que me hacían señas para que vuelva. Me tomé un rato porque me gustaba la charla, pero me sentí un tanto incómodo porque temía que JD note que me estaban haciendo señas como si yo les hubiese dicho "háganme zafar" o algo así. Mientras charlaba pasó satur, que me dejó un disco en la mano para que le pase a JD, entre otros. Me hice el gil porque quería escuchar el disco y no se lo pasé en ese momento.
Vuelta a la barra, segunda ronda y charlo un rato más. De ahí a la mesa de entrada y me siento a chatear un rato con los chicos, que siguen ahí en la mesa de al lado de la puerta. A e I, responsables del mensaje que recibí un ratito antes, llegan a La Cigale y me saludan con desconfianza. Estoy seguro que asumieron que iba a estar solo y no en una mesa llena de alegres borrachines.A e I se pierden entre el vaho. Una ronda más de bebidas y me doy cuenta que el show está por comenzar. También noto que descuidé un tanto a mis acompañantes originales, pero tampoco creí que me necesitaban mucho. Voy para el fondo (o para adelante, depende si se tiene en cuenta como referencia al bar o al escenario) y veo que A e I consiguieron mesa a un costado del escenario, aunque detrás de una columna que lo tapa un poco. Al ladito, esquivando la columna para poder ver, estaban mis acompañantes y me quedé, entonces, ahí parado mientras empezaba el show.
Entre los grupos relativamente nuevos, Los álamos son LA BANDA. Ya van varias veces que los veo en vivo y me parece que son importantes e interesantes. La grandilocuencia de mis adjetivos encuentra fundamentos en cada show de ellos que pude ver. Me acuerdo cuando tocaron en la última fiesta jevi que se hizo en Palermo, esa noche y ese show sentí que fueron demasiado. Pensar que por un cumpleaños casi terminaba en el Podestá, pero por suerte me fui y apenas subí a la fiesta estaban empezando a tocar. Tengo que decir que son los grandes candidatos a disco decepción del año, porque hace rato que no espero con tanta ansiedad y expectativas escuchar el disco de estudio de una banda nacional. Encima la tienen complicada, porque claramente es más fácil la creación de climas propicios al disfrute al tocar en vivo que en un disco. Van dos canciones del show e I me dice que se siente como en una road movie. Y eso que desde su asiento no se ven bien las proyecciones de autos, fábricas y rutas desérticas. Pienso en lo que dice I, que no me sorprende al tratrse de una banda de alt country -aunque prefiero la etiqueta de narco country, como se autodefinen-, y no me quedan dudas que entonces a ellos les encanta viajar. Se nota cuánto disfrutan el vivo, en todos sus conciertos se siente que no quieren bajar nunca del escenario. Además, siempre tienen algún cover a mano para usar de excusa y quedarse un ratito más. Es raro, porque por lo general me molesta la gente a la que le cuesta irse.
Terminan. Creo que a pesar de la extensión, todos se quedaron con ganas de un poquito más. Siento una sensación muy parecida a la gula, pero tal vez sea sólo mi panza demasiado hinchada por el alcohol. Marinita, sebaxxxtian (aka nerd), SteLLaR, Lucas, Esteban y Martín se van volando. Ellos siempre odiaron La Cigale. Sé que satur no tenía ganas de ir hasta allá. así que asumí que se escapó antes de que terminen de tocar. Los chicos se van a seguir tomando en otro lugar, pero les pido que me digan adónde, porque me quiero unir más tarde.
Estoy en la mesa con A e I y noto alegría en sus rostros. Por suerte les gustó el show. Siempre me gustó mucho la idea de invitar a alguien para que vea algo que desconoce y lo termine disfrutando mucho. Por alguna razón esta noche no siento tanto placer ante esto como me solía suceder. Y eso que tengo algo personal con I en cuanto a temas como éste. Algo relacionado con el 'dime con quién andas...', pero no viene al caso en este momento. I llega a hablar con alguien en la banda para preguntar cuándo los puede ver de nuevo o dónde puede conseguir el disco. Sabía que iba a hacer eso, a veces odio no apostar con alguien sobre algunas actitudes. También era un tanto obvio que I iba a andar dando vueltas para dejarme, de a ratos, solo con A.
G, L & M siguen a un costado de la columna charlando. No parecen estar pasándola mal, pero se quieren ir. Llega el momento de decidir qué voy a hacer. Sigo sin estar muy convencido, pero igual me quedo y pido una ronda más. Ellos se van y me quedo pensando un rato. Nosotros nos quedamos un poco más: Charlamos y nos sacamos alguna que otra foto. Por momentos trastabillo, a veces me entra la testadurez y exagero en temas que sé que debí haber evitado.
Es tarde y La Cigale todavía no se ve desolada. Pero hay algo en el aire. Cuaquiera que entrase al lugar en un momento así se daría cuenta que el ambiente no es para nada malo, pero también notaría que el punto más alto de la noche pasó hace largo rato. No me gusta tener esa sensación tan presente y creo que A e I también pueden presentirla. Propongo un cambio de sede para estirar más la noche. I tiene que madrugar, pero sé que le conviene porque el nuevo bar la favorece geográficamente. Hago las dos preguntas del rigor con respecto a ese tema. Todo funciona aceitado. Llegamos al Imaginario, donde esperan los bloggers. Noto que desde que llegaron no bebieron tanto como yo asumía. Las charlas fluyen junto con la cerveza. Sacamos más fotos. Varias bastante comprometidas / comprometedoras. La paso bien con ellos los jueves a la noche. Me estoy divirtiendo y no quiero irme, pero sé que estamos cerca de las 5 am y me da miedo pensar en la hora en que puede terminar la noche. Además se nota que hace bastante que I se quiere ir a dormir. A A no le molesta, creo que no tiene problemas en estar entre gente por demás alcoholizada.
Hago la pregunta necesaria, saludo a los bloggers y nos retiramos con A e I. Como estaba planeado, I se baja primero, ahí cerquita. La noche, al igual que este texto, se extendió bastante más de lo planeado. Yo aprovecho un semáforo en rojo en 9 de Julio, después mantengo el rumbo, yada, yada, yada veo en el slsk a las 10 am como en el room Pinkmoon Rick Hunter discute con Marinita. Pienso "esto ya es demasiado" y me duermo.
Naza Chong.