miércoles, mayo 18, 2005
Después de hora
para Cantate algo
Jueves a la noche. Llegamos a La Cigale con G, L & M. Todos odian ese bar, pero no termino bien de entenderlo. Yo tengo demasiados recuerdos de ese lugar. Conocí gente, me deshice de otras personas, compartí grandes noches, disfruté los shows enormes del Ciclo P -RIP-, fortalecí relaciones. Todo en ese lugar que sentí cómo se empezó a arruinar allá por fines del 2002, cuando se terminó de masificar eso de salir los martes. O cuando la mayoría de los que lo hacían se avivaron que ir a Job's era pésimo.
Hacía bastante que no iba a La Cigale. La última vez que fui todavía estaba en pareja (nunca supe si estuve de novio o era alguien con quien garchaba frecuentemente, pero eso ya no es relevante) y habíamos ido a ver a la actual de una ex pareja mía (alguien con quien garché no tan frecuentemente). Fue durante el verano y me quedó un recuerdo amable tanto por aquel tecnopop dulzón que emanaba desde el escenario como por la comodidad de ver un show con el bar medio lleno (o medio vacío, depende del humor).
Lo que no había tenido en cuenta es que aquel recital había sido un lunes y no un jueves como éste. Ya desde antes de entrar se notaba que La Cigale estaba insoportable esa noche. Se ve que del verano a estos días la gente ya le perdió el miedo al hacinamiento rockero. O tal vez la razón se encuentre en el contexto actual de recitales, tan lleno de shows carísimos que los gratuitos parecen un lujo de unas pocas ocasiones. En la esquina ya me había cruzado a joey y nerd. Apenas nos abrieron la puerta de La Cigale, junto con un vaho insoportable, detecté a Marinita, Lucas, Martín, SteLLaR y Esteban. Cabe aclarar que no los responsabilizo por el vaho, que provenía de la barra del bar.
Tras saludar a los amigos privilegiados al estar cómodamente sentados, parto con mis acompañantes hacia el vaho o la barra, como prefieran. Pedimos la primera ronda de tragos de la noche. Me causa gracia recordar haber leído esa misma mañana la nota sobre el chico de la barra -no vale decir el chico del vaho- y de Hamacas al río (esa mañana me desayuné con que también trabaja en el Borda). El pensamiento deja de ser divertido desde el instante en que me doy cuenta que en la nota dice que la gente que ve en el bar está peor que la del neuropsiquiátrico. Me inquieta un poco saber qué pensará mientras nos atiende, pero reconozco que desde hace un tiempo que ando algo susceptible con el tema.
Me alejo de la barra y recibo un mensaje de texto en el telefonito que dice "vas?". Creo que respondo "estoy" y me voy al baño. Cuando vuelvo me sorprendo al ver a JD. Me quedo hablando un rato, me cae muy bien. Desde la barra, donde junto a mis cosas habían quedado G & L (M siempre conoce gente, sobre todo en los shows de Los álamos, y andaba dando vueltas como yo), que me hacían señas para que vuelva. Me tomé un rato porque me gustaba la charla, pero me sentí un tanto incómodo porque temía que JD note que me estaban haciendo señas como si yo les hubiese dicho "háganme zafar" o algo así. Mientras charlaba pasó satur, que me dejó un disco en la mano para que le pase a JD, entre otros. Me hice el gil porque quería escuchar el disco y no se lo pasé en ese momento.
Vuelta a la barra, segunda ronda y charlo un rato más. De ahí a la mesa de entrada y me siento a chatear un rato con los chicos, que siguen ahí en la mesa de al lado de la puerta. A e I, responsables del mensaje que recibí un ratito antes, llegan a La Cigale y me saludan con desconfianza. Estoy seguro que asumieron que iba a estar solo y no en una mesa llena de alegres borrachines.A e I se pierden entre el vaho. Una ronda más de bebidas y me doy cuenta que el show está por comenzar. También noto que descuidé un tanto a mis acompañantes originales, pero tampoco creí que me necesitaban mucho. Voy para el fondo (o para adelante, depende si se tiene en cuenta como referencia al bar o al escenario) y veo que A e I consiguieron mesa a un costado del escenario, aunque detrás de una columna que lo tapa un poco. Al ladito, esquivando la columna para poder ver, estaban mis acompañantes y me quedé, entonces, ahí parado mientras empezaba el show.
Entre los grupos relativamente nuevos, Los álamos son LA BANDA. Ya van varias veces que los veo en vivo y me parece que son importantes e interesantes. La grandilocuencia de mis adjetivos encuentra fundamentos en cada show de ellos que pude ver. Me acuerdo cuando tocaron en la última fiesta jevi que se hizo en Palermo, esa noche y ese show sentí que fueron demasiado. Pensar que por un cumpleaños casi terminaba en el Podestá, pero por suerte me fui y apenas subí a la fiesta estaban empezando a tocar. Tengo que decir que son los grandes candidatos a disco decepción del año, porque hace rato que no espero con tanta ansiedad y expectativas escuchar el disco de estudio de una banda nacional. Encima la tienen complicada, porque claramente es más fácil la creación de climas propicios al disfrute al tocar en vivo que en un disco. Van dos canciones del show e I me dice que se siente como en una road movie. Y eso que desde su asiento no se ven bien las proyecciones de autos, fábricas y rutas desérticas. Pienso en lo que dice I, que no me sorprende al tratrse de una banda de alt country -aunque prefiero la etiqueta de narco country, como se autodefinen-, y no me quedan dudas que entonces a ellos les encanta viajar. Se nota cuánto disfrutan el vivo, en todos sus conciertos se siente que no quieren bajar nunca del escenario. Además, siempre tienen algún cover a mano para usar de excusa y quedarse un ratito más. Es raro, porque por lo general me molesta la gente a la que le cuesta irse.
Terminan. Creo que a pesar de la extensión, todos se quedaron con ganas de un poquito más. Siento una sensación muy parecida a la gula, pero tal vez sea sólo mi panza demasiado hinchada por el alcohol. Marinita, sebaxxxtian (aka nerd), SteLLaR, Lucas, Esteban y Martín se van volando. Ellos siempre odiaron La Cigale. Sé que satur no tenía ganas de ir hasta allá. así que asumí que se escapó antes de que terminen de tocar. Los chicos se van a seguir tomando en otro lugar, pero les pido que me digan adónde, porque me quiero unir más tarde.
Estoy en la mesa con A e I y noto alegría en sus rostros. Por suerte les gustó el show. Siempre me gustó mucho la idea de invitar a alguien para que vea algo que desconoce y lo termine disfrutando mucho. Por alguna razón esta noche no siento tanto placer ante esto como me solía suceder. Y eso que tengo algo personal con I en cuanto a temas como éste. Algo relacionado con el 'dime con quién andas...', pero no viene al caso en este momento. I llega a hablar con alguien en la banda para preguntar cuándo los puede ver de nuevo o dónde puede conseguir el disco. Sabía que iba a hacer eso, a veces odio no apostar con alguien sobre algunas actitudes. También era un tanto obvio que I iba a andar dando vueltas para dejarme, de a ratos, solo con A.
G, L & M siguen a un costado de la columna charlando. No parecen estar pasándola mal, pero se quieren ir. Llega el momento de decidir qué voy a hacer. Sigo sin estar muy convencido, pero igual me quedo y pido una ronda más. Ellos se van y me quedo pensando un rato. Nosotros nos quedamos un poco más: Charlamos y nos sacamos alguna que otra foto. Por momentos trastabillo, a veces me entra la testadurez y exagero en temas que sé que debí haber evitado.
Es tarde y La Cigale todavía no se ve desolada. Pero hay algo en el aire. Cuaquiera que entrase al lugar en un momento así se daría cuenta que el ambiente no es para nada malo, pero también notaría que el punto más alto de la noche pasó hace largo rato. No me gusta tener esa sensación tan presente y creo que A e I también pueden presentirla. Propongo un cambio de sede para estirar más la noche. I tiene que madrugar, pero sé que le conviene porque el nuevo bar la favorece geográficamente. Hago las dos preguntas del rigor con respecto a ese tema. Todo funciona aceitado. Llegamos al Imaginario, donde esperan los bloggers. Noto que desde que llegaron no bebieron tanto como yo asumía. Las charlas fluyen junto con la cerveza. Sacamos más fotos. Varias bastante comprometidas / comprometedoras. La paso bien con ellos los jueves a la noche. Me estoy divirtiendo y no quiero irme, pero sé que estamos cerca de las 5 am y me da miedo pensar en la hora en que puede terminar la noche. Además se nota que hace bastante que I se quiere ir a dormir. A A no le molesta, creo que no tiene problemas en estar entre gente por demás alcoholizada.
Hago la pregunta necesaria, saludo a los bloggers y nos retiramos con A e I. Como estaba planeado, I se baja primero, ahí cerquita. La noche, al igual que este texto, se extendió bastante más de lo planeado. Yo aprovecho un semáforo en rojo en 9 de Julio, después mantengo el rumbo, yada, yada, yada veo en el slsk a las 10 am como en el room Pinkmoon Rick Hunter discute con Marinita. Pienso "esto ya es demasiado" y me duermo.
Naza Chong.
Jueves a la noche. Llegamos a La Cigale con G, L & M. Todos odian ese bar, pero no termino bien de entenderlo. Yo tengo demasiados recuerdos de ese lugar. Conocí gente, me deshice de otras personas, compartí grandes noches, disfruté los shows enormes del Ciclo P -RIP-, fortalecí relaciones. Todo en ese lugar que sentí cómo se empezó a arruinar allá por fines del 2002, cuando se terminó de masificar eso de salir los martes. O cuando la mayoría de los que lo hacían se avivaron que ir a Job's era pésimo.
Hacía bastante que no iba a La Cigale. La última vez que fui todavía estaba en pareja (nunca supe si estuve de novio o era alguien con quien garchaba frecuentemente, pero eso ya no es relevante) y habíamos ido a ver a la actual de una ex pareja mía (alguien con quien garché no tan frecuentemente). Fue durante el verano y me quedó un recuerdo amable tanto por aquel tecnopop dulzón que emanaba desde el escenario como por la comodidad de ver un show con el bar medio lleno (o medio vacío, depende del humor).
Lo que no había tenido en cuenta es que aquel recital había sido un lunes y no un jueves como éste. Ya desde antes de entrar se notaba que La Cigale estaba insoportable esa noche. Se ve que del verano a estos días la gente ya le perdió el miedo al hacinamiento rockero. O tal vez la razón se encuentre en el contexto actual de recitales, tan lleno de shows carísimos que los gratuitos parecen un lujo de unas pocas ocasiones. En la esquina ya me había cruzado a joey y nerd. Apenas nos abrieron la puerta de La Cigale, junto con un vaho insoportable, detecté a Marinita, Lucas, Martín, SteLLaR y Esteban. Cabe aclarar que no los responsabilizo por el vaho, que provenía de la barra del bar.
Tras saludar a los amigos privilegiados al estar cómodamente sentados, parto con mis acompañantes hacia el vaho o la barra, como prefieran. Pedimos la primera ronda de tragos de la noche. Me causa gracia recordar haber leído esa misma mañana la nota sobre el chico de la barra -no vale decir el chico del vaho- y de Hamacas al río (esa mañana me desayuné con que también trabaja en el Borda). El pensamiento deja de ser divertido desde el instante en que me doy cuenta que en la nota dice que la gente que ve en el bar está peor que la del neuropsiquiátrico. Me inquieta un poco saber qué pensará mientras nos atiende, pero reconozco que desde hace un tiempo que ando algo susceptible con el tema.
Me alejo de la barra y recibo un mensaje de texto en el telefonito que dice "vas?". Creo que respondo "estoy" y me voy al baño. Cuando vuelvo me sorprendo al ver a JD. Me quedo hablando un rato, me cae muy bien. Desde la barra, donde junto a mis cosas habían quedado G & L (M siempre conoce gente, sobre todo en los shows de Los álamos, y andaba dando vueltas como yo), que me hacían señas para que vuelva. Me tomé un rato porque me gustaba la charla, pero me sentí un tanto incómodo porque temía que JD note que me estaban haciendo señas como si yo les hubiese dicho "háganme zafar" o algo así. Mientras charlaba pasó satur, que me dejó un disco en la mano para que le pase a JD, entre otros. Me hice el gil porque quería escuchar el disco y no se lo pasé en ese momento.
Vuelta a la barra, segunda ronda y charlo un rato más. De ahí a la mesa de entrada y me siento a chatear un rato con los chicos, que siguen ahí en la mesa de al lado de la puerta. A e I, responsables del mensaje que recibí un ratito antes, llegan a La Cigale y me saludan con desconfianza. Estoy seguro que asumieron que iba a estar solo y no en una mesa llena de alegres borrachines.A e I se pierden entre el vaho. Una ronda más de bebidas y me doy cuenta que el show está por comenzar. También noto que descuidé un tanto a mis acompañantes originales, pero tampoco creí que me necesitaban mucho. Voy para el fondo (o para adelante, depende si se tiene en cuenta como referencia al bar o al escenario) y veo que A e I consiguieron mesa a un costado del escenario, aunque detrás de una columna que lo tapa un poco. Al ladito, esquivando la columna para poder ver, estaban mis acompañantes y me quedé, entonces, ahí parado mientras empezaba el show.
Entre los grupos relativamente nuevos, Los álamos son LA BANDA. Ya van varias veces que los veo en vivo y me parece que son importantes e interesantes. La grandilocuencia de mis adjetivos encuentra fundamentos en cada show de ellos que pude ver. Me acuerdo cuando tocaron en la última fiesta jevi que se hizo en Palermo, esa noche y ese show sentí que fueron demasiado. Pensar que por un cumpleaños casi terminaba en el Podestá, pero por suerte me fui y apenas subí a la fiesta estaban empezando a tocar. Tengo que decir que son los grandes candidatos a disco decepción del año, porque hace rato que no espero con tanta ansiedad y expectativas escuchar el disco de estudio de una banda nacional. Encima la tienen complicada, porque claramente es más fácil la creación de climas propicios al disfrute al tocar en vivo que en un disco. Van dos canciones del show e I me dice que se siente como en una road movie. Y eso que desde su asiento no se ven bien las proyecciones de autos, fábricas y rutas desérticas. Pienso en lo que dice I, que no me sorprende al tratrse de una banda de alt country -aunque prefiero la etiqueta de narco country, como se autodefinen-, y no me quedan dudas que entonces a ellos les encanta viajar. Se nota cuánto disfrutan el vivo, en todos sus conciertos se siente que no quieren bajar nunca del escenario. Además, siempre tienen algún cover a mano para usar de excusa y quedarse un ratito más. Es raro, porque por lo general me molesta la gente a la que le cuesta irse.
Terminan. Creo que a pesar de la extensión, todos se quedaron con ganas de un poquito más. Siento una sensación muy parecida a la gula, pero tal vez sea sólo mi panza demasiado hinchada por el alcohol. Marinita, sebaxxxtian (aka nerd), SteLLaR, Lucas, Esteban y Martín se van volando. Ellos siempre odiaron La Cigale. Sé que satur no tenía ganas de ir hasta allá. así que asumí que se escapó antes de que terminen de tocar. Los chicos se van a seguir tomando en otro lugar, pero les pido que me digan adónde, porque me quiero unir más tarde.
Estoy en la mesa con A e I y noto alegría en sus rostros. Por suerte les gustó el show. Siempre me gustó mucho la idea de invitar a alguien para que vea algo que desconoce y lo termine disfrutando mucho. Por alguna razón esta noche no siento tanto placer ante esto como me solía suceder. Y eso que tengo algo personal con I en cuanto a temas como éste. Algo relacionado con el 'dime con quién andas...', pero no viene al caso en este momento. I llega a hablar con alguien en la banda para preguntar cuándo los puede ver de nuevo o dónde puede conseguir el disco. Sabía que iba a hacer eso, a veces odio no apostar con alguien sobre algunas actitudes. También era un tanto obvio que I iba a andar dando vueltas para dejarme, de a ratos, solo con A.
G, L & M siguen a un costado de la columna charlando. No parecen estar pasándola mal, pero se quieren ir. Llega el momento de decidir qué voy a hacer. Sigo sin estar muy convencido, pero igual me quedo y pido una ronda más. Ellos se van y me quedo pensando un rato. Nosotros nos quedamos un poco más: Charlamos y nos sacamos alguna que otra foto. Por momentos trastabillo, a veces me entra la testadurez y exagero en temas que sé que debí haber evitado.
Es tarde y La Cigale todavía no se ve desolada. Pero hay algo en el aire. Cuaquiera que entrase al lugar en un momento así se daría cuenta que el ambiente no es para nada malo, pero también notaría que el punto más alto de la noche pasó hace largo rato. No me gusta tener esa sensación tan presente y creo que A e I también pueden presentirla. Propongo un cambio de sede para estirar más la noche. I tiene que madrugar, pero sé que le conviene porque el nuevo bar la favorece geográficamente. Hago las dos preguntas del rigor con respecto a ese tema. Todo funciona aceitado. Llegamos al Imaginario, donde esperan los bloggers. Noto que desde que llegaron no bebieron tanto como yo asumía. Las charlas fluyen junto con la cerveza. Sacamos más fotos. Varias bastante comprometidas / comprometedoras. La paso bien con ellos los jueves a la noche. Me estoy divirtiendo y no quiero irme, pero sé que estamos cerca de las 5 am y me da miedo pensar en la hora en que puede terminar la noche. Además se nota que hace bastante que I se quiere ir a dormir. A A no le molesta, creo que no tiene problemas en estar entre gente por demás alcoholizada.
Hago la pregunta necesaria, saludo a los bloggers y nos retiramos con A e I. Como estaba planeado, I se baja primero, ahí cerquita. La noche, al igual que este texto, se extendió bastante más de lo planeado. Yo aprovecho un semáforo en rojo en 9 de Julio, después mantengo el rumbo, yada, yada, yada veo en el slsk a las 10 am como en el room Pinkmoon Rick Hunter discute con Marinita. Pienso "esto ya es demasiado" y me duermo.
Naza Chong.
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