miércoles, junio 01, 2005
En picada
1- LA CAIDA (Der Untergang), de Oliver Hirschbiegel.
Detallista hasta la médula, La caída es uno de esos plomos que anteponen su importancia temática a su calidad narrativa. Si bien no se trata de una película ofensiva y no es reprochable esa supuesta humanización de Hitler, La caída contiene más de una ambigüedad escalofriante (la simbología del pueblo alemán y la forma de encarar los distintos suicidios, por nombrar dos ejemplos). Se trata más bien de una película chata y que se siente estirada. El gimmick de la primera película histórica del mainstream alemán sobre los últimos días de Hitler es tan atractivo como la iconografía nazi. Pero quien busque cine interesante esta semana deberá refugiarse en el ciclo de Anne-Marie Miéville en la Lugones, ¡Locura! en el Malba, la retrospectiva de Rafael Filippelli en el Rojas o La rebelión de las formas en la Alianza Francesa.
2- RAUL SENDIC - TUPAMARO, de Alejandro Figueroa.
Documental que se apoya en la reconstrucción oral de lavida del revolucionario uruguayo líder del MLN - Tupamaros. Esta falta de imágenes de peso hace que pierda ritmo la vertiginosa vida de Sendic. De cualquier forma la sucesión de testimonios son escalofriantes y el fragmento del discurso de Sendic que se puede ver una vez que le reconstruyeron la cara y recuperó el habla es el punto más alto de la película. Raúl Sendic - Tupamaro tiene demasiados puntos de interés, pero lamentablemente casi ninguno de ellos se puede ver en pantalla.
3- DE-LOVELY, de Irwin Winkler.
¡Basta de biopics culposos! De-Lovely se ataja ya desde el principio, en una bochornosa escena en que la vida de Cole Porter se escenifica frente a sus narices. Con un énfasis demasiado grande en su esposa, con esa sensación de arrepentimiento culposo y sin profundizar nunca en la teoría del matrimonio por conveniencia ni en la sexualidad de su esposa, personaje principal del film, a pesar de hacer algunas vagas insinuaciones sobre ambos temas. De-Lovely está llena de cameos de músicos famosos que interpretan las canciones de Porter, la mayoría "filmados con los pies" (nótense los malabares en cada encuadre para poner todo el tiempo a, por ejemplo, Robbie Williams en un punto fuerte de la pantalla). Esos momentos son los únicos en los que se puede encontrar algún tipo de goce, ya que la mayoría de las composiciones de Porter son indestructibles, sus letras divertidas y en varios momentos se utilizan para mostrar como Porter se mofaba de su esposa. Pero llegan las tragedias a la vida de Porter y la desaparición de los números musicales con sus canciones más intensas se siente como una castración audiovisual.
4- LA ESPERANZA, de Francisco D'Intino.
Bodrio de D'Intino, La esperanza es optimista más allá de lo tolerable. Otra historia de pueblerinos buenudos en el sur del país. Dumont está menos peor que siempre, pero esta vez lo exasperante es ese altruismo forzado de las actitudes de todos los personajes. Una historia sobre reconstruir la vida tras las pérdidas de seres queridos con todas las frases grasas y rimbombantes esperables en un film de esta calaña.
5- PAPA SE VOLVIO LOCO, de Rodolfo Ledo.
Ni tan papá ni tan loco. Apenas un pequeño brote sicótico de un marido. Locura y paternalismo son dos pequeños puntos de esta nueva explotación televisiva, ahora a cargo de Ledo. Francella es el peor ejemplo del turista típico argentino según Pinti. Parece que no podría ser peor, pero acá Francella copia mal chistes de otras películas cada vez que se encuentra con una mulatona que baila en casi todo plano en que aparece y lo pone como loco. Lucía Galán está siempre al menos dos puntitos arriba del grotesco, pero no llega al nivel de intolerabilidad de Daniel Aráoz, que tiene siempre un mal chiste a mano, está caliente con todas y sale con Ingrid Grudke, a la que obligan a estar de espaldas y en tanga casi toda la película. Papá se volvió loco es pésima hasta para el Francellómetro.
* SAHARA, de Breck Eisner.
JMDude dice que Sahara es la peor película de aventuras del año. Con ese dato más saber que está dirigida por el hijo del CEO de Disney y protagonizada por Penélope Cruz debería alcanzar para que no haya Matthew McConaughey y Steve Zahn que te obliguen a verla.
Detallista hasta la médula, La caída es uno de esos plomos que anteponen su importancia temática a su calidad narrativa. Si bien no se trata de una película ofensiva y no es reprochable esa supuesta humanización de Hitler, La caída contiene más de una ambigüedad escalofriante (la simbología del pueblo alemán y la forma de encarar los distintos suicidios, por nombrar dos ejemplos). Se trata más bien de una película chata y que se siente estirada. El gimmick de la primera película histórica del mainstream alemán sobre los últimos días de Hitler es tan atractivo como la iconografía nazi. Pero quien busque cine interesante esta semana deberá refugiarse en el ciclo de Anne-Marie Miéville en la Lugones, ¡Locura! en el Malba, la retrospectiva de Rafael Filippelli en el Rojas o La rebelión de las formas en la Alianza Francesa.
2- RAUL SENDIC - TUPAMARO, de Alejandro Figueroa.
Documental que se apoya en la reconstrucción oral de lavida del revolucionario uruguayo líder del MLN - Tupamaros. Esta falta de imágenes de peso hace que pierda ritmo la vertiginosa vida de Sendic. De cualquier forma la sucesión de testimonios son escalofriantes y el fragmento del discurso de Sendic que se puede ver una vez que le reconstruyeron la cara y recuperó el habla es el punto más alto de la película. Raúl Sendic - Tupamaro tiene demasiados puntos de interés, pero lamentablemente casi ninguno de ellos se puede ver en pantalla.
3- DE-LOVELY, de Irwin Winkler.
¡Basta de biopics culposos! De-Lovely se ataja ya desde el principio, en una bochornosa escena en que la vida de Cole Porter se escenifica frente a sus narices. Con un énfasis demasiado grande en su esposa, con esa sensación de arrepentimiento culposo y sin profundizar nunca en la teoría del matrimonio por conveniencia ni en la sexualidad de su esposa, personaje principal del film, a pesar de hacer algunas vagas insinuaciones sobre ambos temas. De-Lovely está llena de cameos de músicos famosos que interpretan las canciones de Porter, la mayoría "filmados con los pies" (nótense los malabares en cada encuadre para poner todo el tiempo a, por ejemplo, Robbie Williams en un punto fuerte de la pantalla). Esos momentos son los únicos en los que se puede encontrar algún tipo de goce, ya que la mayoría de las composiciones de Porter son indestructibles, sus letras divertidas y en varios momentos se utilizan para mostrar como Porter se mofaba de su esposa. Pero llegan las tragedias a la vida de Porter y la desaparición de los números musicales con sus canciones más intensas se siente como una castración audiovisual.
4- LA ESPERANZA, de Francisco D'Intino.
Bodrio de D'Intino, La esperanza es optimista más allá de lo tolerable. Otra historia de pueblerinos buenudos en el sur del país. Dumont está menos peor que siempre, pero esta vez lo exasperante es ese altruismo forzado de las actitudes de todos los personajes. Una historia sobre reconstruir la vida tras las pérdidas de seres queridos con todas las frases grasas y rimbombantes esperables en un film de esta calaña.
5- PAPA SE VOLVIO LOCO, de Rodolfo Ledo.
Ni tan papá ni tan loco. Apenas un pequeño brote sicótico de un marido. Locura y paternalismo son dos pequeños puntos de esta nueva explotación televisiva, ahora a cargo de Ledo. Francella es el peor ejemplo del turista típico argentino según Pinti. Parece que no podría ser peor, pero acá Francella copia mal chistes de otras películas cada vez que se encuentra con una mulatona que baila en casi todo plano en que aparece y lo pone como loco. Lucía Galán está siempre al menos dos puntitos arriba del grotesco, pero no llega al nivel de intolerabilidad de Daniel Aráoz, que tiene siempre un mal chiste a mano, está caliente con todas y sale con Ingrid Grudke, a la que obligan a estar de espaldas y en tanga casi toda la película. Papá se volvió loco es pésima hasta para el Francellómetro.
* SAHARA, de Breck Eisner.
JMDude dice que Sahara es la peor película de aventuras del año. Con ese dato más saber que está dirigida por el hijo del CEO de Disney y protagonizada por Penélope Cruz debería alcanzar para que no haya Matthew McConaughey y Steve Zahn que te obliguen a verla.
sábado, mayo 28, 2005
See Paris Die
1- LA CASA DE CERA (House of Wax), de Jaume Collet-Serra.
La casa de cera es la sorpresita del año. Gran película de terror con producción de Dark Castle, una productora ejemplar en encontrarle la vuelta al género, más allá de resultados finales. El publicitario catalán Collet-Serra se toma su tiempo al narrar y logra acrecentar la tensión con el correr de los minutos. Más que una película que provoca pánico se trata de una que produce un nerviosismo constante en el espectador y que aprovecha la explicitud para shockearlo. Encima cuenta con un sentido del humor bastante negro y varios guiños a quienes conozcan 1 night in Paris, el video casero que terminó de popularizar a Paris Hilton. Realmente vale la pena ver a Paris morir.
2- MELINDA Y MELINDA, de Woody Allen.
Hace años que la carrera de Allen es un papelón. Melinda y Melinda lo encuentra a años luz de los momentos de inspiración que tuvo el neoyorquino, pero al menos se distancia bastante de sus usuales bodrios. Acá mezcla en dos historias, ambas protagonizadas por las Melinda del título, cada uno de los estereotipos del drama y la comedia. Todo convenientemente justificado por el aroma a charla de café que sobrevuela la película. Will Ferrell está curiosamente insoportable al intentar copiar cada tic de Allen.
* MUY PARECIDO AL AMOR (A Lot Like Love), de Nigel Cole.
Mango está muy entusiasmado y recomienda Muy parecido al amor, segundo estreno del jueves con Amanda Peet. JMDude tiene algo más de mesura con respecto a la película pero está lejos de castigarla. Una comedia romántica con encuentros y desencuentros a través de los años siempre suena bien, pero en esta trabaja Ashton Kutcher.
* CAMA ADENTRO, de Jorge Gaggero.
Cama adentro es la esperada ópera prima del director del corto Ojos de fuego, que formó parte de Historias breves. La película fue seleccionada como apertura del VII bafici a pesar de contar con Norma Aleandro en el elenco, razón suficiente para desconfiar y alejarse de ella lo más posible.
con delay...
STAR WARS: EPISODIO III. LA VENGANZA DE LOS SITH, de George Lucas.
La venganza de los Sith no es ni tan "tan", ni muy "muy". Después de los quince minutos iniciales, tranquilamente uno de los mejores momentos de la saga, la acción comienza a diluirse. Cada irrupción de esa mentira llamada Natalie Portman se vuelve intolerable, lo que funcionaba por ribetes melodramáticos en Episodio II acá se vuelve completamente forzado para resolver lo que todos ya sabían que había que resolver. Otras apariciones vergonzosas son las de Palpatine y Chewbacca. Es cierto que podía ser bastante peor y el final, sólo hasta la concreción de lo que todo el mundo esperaba, es brillante. Después se arruina. "Tanto quilombo por una mina, flaco".
La casa de cera es la sorpresita del año. Gran película de terror con producción de Dark Castle, una productora ejemplar en encontrarle la vuelta al género, más allá de resultados finales. El publicitario catalán Collet-Serra se toma su tiempo al narrar y logra acrecentar la tensión con el correr de los minutos. Más que una película que provoca pánico se trata de una que produce un nerviosismo constante en el espectador y que aprovecha la explicitud para shockearlo. Encima cuenta con un sentido del humor bastante negro y varios guiños a quienes conozcan 1 night in Paris, el video casero que terminó de popularizar a Paris Hilton. Realmente vale la pena ver a Paris morir.
2- MELINDA Y MELINDA, de Woody Allen.
Hace años que la carrera de Allen es un papelón. Melinda y Melinda lo encuentra a años luz de los momentos de inspiración que tuvo el neoyorquino, pero al menos se distancia bastante de sus usuales bodrios. Acá mezcla en dos historias, ambas protagonizadas por las Melinda del título, cada uno de los estereotipos del drama y la comedia. Todo convenientemente justificado por el aroma a charla de café que sobrevuela la película. Will Ferrell está curiosamente insoportable al intentar copiar cada tic de Allen.
* MUY PARECIDO AL AMOR (A Lot Like Love), de Nigel Cole.
Mango está muy entusiasmado y recomienda Muy parecido al amor, segundo estreno del jueves con Amanda Peet. JMDude tiene algo más de mesura con respecto a la película pero está lejos de castigarla. Una comedia romántica con encuentros y desencuentros a través de los años siempre suena bien, pero en esta trabaja Ashton Kutcher.
* CAMA ADENTRO, de Jorge Gaggero.
Cama adentro es la esperada ópera prima del director del corto Ojos de fuego, que formó parte de Historias breves. La película fue seleccionada como apertura del VII bafici a pesar de contar con Norma Aleandro en el elenco, razón suficiente para desconfiar y alejarse de ella lo más posible.
con delay...
STAR WARS: EPISODIO III. LA VENGANZA DE LOS SITH, de George Lucas.
La venganza de los Sith no es ni tan "tan", ni muy "muy". Después de los quince minutos iniciales, tranquilamente uno de los mejores momentos de la saga, la acción comienza a diluirse. Cada irrupción de esa mentira llamada Natalie Portman se vuelve intolerable, lo que funcionaba por ribetes melodramáticos en Episodio II acá se vuelve completamente forzado para resolver lo que todos ya sabían que había que resolver. Otras apariciones vergonzosas son las de Palpatine y Chewbacca. Es cierto que podía ser bastante peor y el final, sólo hasta la concreción de lo que todo el mundo esperaba, es brillante. Después se arruina. "Tanto quilombo por una mina, flaco".
miércoles, mayo 18, 2005
Noche alucinante
1 RONDA NOCTURNA, de Edgardo Cozarinsky.
Una suerte de Waking Life del subdesarrollo, sin la animación ni el atractivo visual de la obra maestra de Linklater. La nueva película de Cozarinsky está construida por una sucesión de viñetas en las que lo artificioso en los diálogos produce una sensación de extrañamiento. El amor y la muerte son los dos grandes temas de una película onírica. A no ser perejil y tomarse todo como un reflejo de la situación blah-blah-blah, que después te excusan a la película dentro de su mundo fantástico y no podés decir nada.
2- QUERIDO FRANKIE (Dear Frankie), de Shona Auerbach.
Inesperado no bodrio a partir de evitar recurrir al golpe bajo constante. Es cierto que no hay mucho más en este debut de Shona Auerbach. Pero no es poco al tratarse de una película con una madre soltera, un sordito, un padre ausente y abusón y uno al que llaman El Extraño, que la juega de padre del nene y quiere presentarle a su bambi (® 2005 $harly) a la madre soltera. Para llevar a la nona al cine.
*- STAR WARS: EPISODIO III. LA VENGANZA DE LOS SITH, de George Lucas.
JMDude y Juan P. la aman pasionalmente y la defienden a muerte, pero ya escuché varias voces disidentes que hablan de "película formulario" e incluso llegaron a pedir la cabeza de Lucas. Juan P. le pone algún mínimo reparo a la primera mitad y destaca la actuación del otrora nabo Anakin. Los dos resaltan que Lucas está en plena forma, a pesar de no ser un gran director. Que la fuerza esté con los dos cinequanones y no sea ésta una decepción.
con delay...
CLEAN, de Olivier Assayas.
Otro acierto del francés. Es difícil encontrar encuadres más agradables a los ojos que los de Assayas. En Clean, el director sigue a Cheung a todas partes en una lucha contra los prejuicios frente a las drogas y el machismo en el rock. La escena clave está cerca del final, cuando Cheung da una explicación infantil sobre el uso de las drogas. Clean es una película didáctica sobre el proceso de rehabilitación. Por eso no molestan jamás algunas escenas aisladas que se utilizan para justificar reacciones posteriores. Sobre todo cuando son funcionales a la mirada despojada de sensiblería de Assayas. Además, la Emily Wang compuesta por Maggie Cheung con aires Courtney Lovescos es la fotogenia hecha personaje. James Johnston la descose y, para felicidad de la platea, tampoco faltan otras apariciones rockeras.
Una suerte de Waking Life del subdesarrollo, sin la animación ni el atractivo visual de la obra maestra de Linklater. La nueva película de Cozarinsky está construida por una sucesión de viñetas en las que lo artificioso en los diálogos produce una sensación de extrañamiento. El amor y la muerte son los dos grandes temas de una película onírica. A no ser perejil y tomarse todo como un reflejo de la situación blah-blah-blah, que después te excusan a la película dentro de su mundo fantástico y no podés decir nada.
2- QUERIDO FRANKIE (Dear Frankie), de Shona Auerbach.
Inesperado no bodrio a partir de evitar recurrir al golpe bajo constante. Es cierto que no hay mucho más en este debut de Shona Auerbach. Pero no es poco al tratarse de una película con una madre soltera, un sordito, un padre ausente y abusón y uno al que llaman El Extraño, que la juega de padre del nene y quiere presentarle a su bambi (® 2005 $harly) a la madre soltera. Para llevar a la nona al cine.
*- STAR WARS: EPISODIO III. LA VENGANZA DE LOS SITH, de George Lucas.
JMDude y Juan P. la aman pasionalmente y la defienden a muerte, pero ya escuché varias voces disidentes que hablan de "película formulario" e incluso llegaron a pedir la cabeza de Lucas. Juan P. le pone algún mínimo reparo a la primera mitad y destaca la actuación del otrora nabo Anakin. Los dos resaltan que Lucas está en plena forma, a pesar de no ser un gran director. Que la fuerza esté con los dos cinequanones y no sea ésta una decepción.
con delay...
CLEAN, de Olivier Assayas.
Otro acierto del francés. Es difícil encontrar encuadres más agradables a los ojos que los de Assayas. En Clean, el director sigue a Cheung a todas partes en una lucha contra los prejuicios frente a las drogas y el machismo en el rock. La escena clave está cerca del final, cuando Cheung da una explicación infantil sobre el uso de las drogas. Clean es una película didáctica sobre el proceso de rehabilitación. Por eso no molestan jamás algunas escenas aisladas que se utilizan para justificar reacciones posteriores. Sobre todo cuando son funcionales a la mirada despojada de sensiblería de Assayas. Además, la Emily Wang compuesta por Maggie Cheung con aires Courtney Lovescos es la fotogenia hecha personaje. James Johnston la descose y, para felicidad de la platea, tampoco faltan otras apariciones rockeras.
Burt Reynols Ensamble
1- BUSCANDO A REYNOLS, de Néstor Frenkel.
Buscando a Reynols es una película importante. Su mayor virtud es el acercamiento de Frenkel a la banda, sobre todo al tratarse de un documental que todo el tiempo cuestiona la forma de encarar el arte en general. Esto lo hace a partir de los Reynols, pero la película está lejos de celebrar a la banda. Frenkel los toma como ejemplo paradigmático de la experiencia artística. Si bien eso es lo más interesante del documental desde lo formal, por los contenidos del film se percibe que Reynols tal vez sea LA BANDA para este tipo de documentales. Ningún otro grupo ha generado la cantidad de mitos y/o verdades que se dicen sobre ellos. Además, como era de esperarse, Tomasín se roba la película. Lejos de cualquier tipo de análisis, lo que hace de Buscando a Reynols obligatoria es la cantidad de momentos mágicos que refleja. Tiene demasiadas secuencias en las que el espectador queda pasmado:
- ante la duda de la existencia de la banda, Jazzy Mel dice "los Reynols existen, los que no existimos somos todos nosotros"
Lía Salgado le pregunta a Tomasín qué quiere pedir. El responde "trabajo". Ella busca ser políticamente correcto e interpreta "trabajo para todos los argentinos". Tomasín replica "no, para mí solo".
- La banda va a tocar y a presentar un disco al programa de Mario Socolinsky. Cuando el pediatra-conductor les pide que hablen de su disco, la banda muestra el primer disco de Velvet Underground.
- Tomasín, desde la batería, comienza a despotricar contra su público en medio de un show.
Hay mucho más para decir, pero esto debería ser suficiente para que quien lea se decida a acercarse al Cosmos, Tita Merello o Malba. Acá hay más razones y alguna que otra más debería andar por acá. Un último acierto a resaltar: el clasicismo narrativo del documental. Frenkel no busca ser él quien experimenta, sino que eso se lo deja a la banda. Así evita redundancias típicas del cine, como cada vez que se sacude la cámara para encuadrar a alguien nervioso o se sigue a un borracho con la cámara zigzagueante.
2- LA CASA DE LAS DAGAS VOLADORAS (House of flying daggers), de Zhang Yimou.
A Zhang Yimou no le interesa trasladar la magia de un momento a imágenes. El busca crear un poema con cada encuadre. Si bien esta grasada visual era molesta en Héroe, ahora en La casa de las dagas voladoras fluye con mayor naturalidad al encontrar una razón de ser en la exacerbación melodramática. Toda pasión debe ser desmesurada dentro de este género y por eso no queda mal tanta campiña y pradera. Esto la acerca un tanto a Episodio II, otra película con sables cargadísima con el (justificadamente) más mersa de los melodramas. Hay que decir que las coreografías de este wuxia pian (películas de espadachines chinos) son muy superiores a las de cualquier Episodio, pero también hay una innecesaria repetición constante del "efectito bala de Matrix" para resolver varias secuencias. Otro punto importante a destacar es que La casa de las dagas voladoras comparte el juego de máscaras de Héroe, pero esta vez por suerte no coquetea ideológicamente con el imperialismo.
3- LA MARCA DE LA BESTIA (Cursed), de Wes Craven.
Si se habla de regímenes totalitarios dentro del cine, es difícil esquivar la mención de Disney y las empresas que aglutina. Wes Craven y Kevin Williamson fueron quienes sufrieron esta vez los famosos tijeretazos en este aggiornamiento de la historia del Hombre Lobo. La marca de la bestia no es un desastre, pero eso no se lo debe a Craven-Williamson sino a Jessie Eisenberg y Christina Ricci. El chico de Cosas de hombres vuelve a estar inmejorable y junto a Ricci le dan algo de espíritu a una película que era sólo un compendio de sustos y chistes. Eso sí, todo con bastante buen timing.
4- LA VIDA ES UN MILAGRO (Zivot Je Cudo), de Emir Kusturica.
Se dice que Kusturica sigue siendo Kusturica, pero la sensación que da La vida es un milagro es que directamente se lo comió el personaje. No parece que sigue haciendo lo mismo, sino que da la sensación que tiene que hacerlo por obligación. Más animales (a los únicos del rubro actoral a los que les sienta bien la sobreactuación), gitanos que gritan constantemente, algún chiste muy bueno, demasiado grotesco, problemas amorosos, más chistes con merca, situaciones disparatadas, alegorías sobre la guerra... Y otra vez más de dos horas y media. Emir Kusturica logró que no se puede decir que lo suyo sea un estilo sino ya un estereotipo. Kusturica es un cineasta cada vez más superficial.
* CLEAN, de Olivier Assayas.
Cineasta discutido, al menos en este blog, es Oliver Assayas. Guido Segal dice que Clean está buena para estar hecha por un director que no tiene personalidad. Assayas es más ecléctico que impersonal, pero seguramente Guido tenga razón al decir que Clean es moralmente interesante y al definir a Clean como "un monólogo de Maggie Cheung, un enorme acto de amor" de parte de Assayas (él lo agredía en lugar de mencionarlo).
* ADIOS QUERIDA LUNA, de Fernando Spiner.
Guido también vio Adiós querida Luna y dice que es interesante, pero todos esos puntos de interés pueden encontrarse fuera de la pantalla y no dentro de ella. Por lo que le leí, da la sensación que Guido piensa que es muy mala pero un tanto simpática, así que no quiere defenestrarla. Habrá que verla para comprobarlo y por ser una película en la que hay una base espacial en Temperley.
Buscando a Reynols es una película importante. Su mayor virtud es el acercamiento de Frenkel a la banda, sobre todo al tratarse de un documental que todo el tiempo cuestiona la forma de encarar el arte en general. Esto lo hace a partir de los Reynols, pero la película está lejos de celebrar a la banda. Frenkel los toma como ejemplo paradigmático de la experiencia artística. Si bien eso es lo más interesante del documental desde lo formal, por los contenidos del film se percibe que Reynols tal vez sea LA BANDA para este tipo de documentales. Ningún otro grupo ha generado la cantidad de mitos y/o verdades que se dicen sobre ellos. Además, como era de esperarse, Tomasín se roba la película. Lejos de cualquier tipo de análisis, lo que hace de Buscando a Reynols obligatoria es la cantidad de momentos mágicos que refleja. Tiene demasiadas secuencias en las que el espectador queda pasmado:
- ante la duda de la existencia de la banda, Jazzy Mel dice "los Reynols existen, los que no existimos somos todos nosotros"
Lía Salgado le pregunta a Tomasín qué quiere pedir. El responde "trabajo". Ella busca ser políticamente correcto e interpreta "trabajo para todos los argentinos". Tomasín replica "no, para mí solo".
- La banda va a tocar y a presentar un disco al programa de Mario Socolinsky. Cuando el pediatra-conductor les pide que hablen de su disco, la banda muestra el primer disco de Velvet Underground.
- Tomasín, desde la batería, comienza a despotricar contra su público en medio de un show.
Hay mucho más para decir, pero esto debería ser suficiente para que quien lea se decida a acercarse al Cosmos, Tita Merello o Malba. Acá hay más razones y alguna que otra más debería andar por acá. Un último acierto a resaltar: el clasicismo narrativo del documental. Frenkel no busca ser él quien experimenta, sino que eso se lo deja a la banda. Así evita redundancias típicas del cine, como cada vez que se sacude la cámara para encuadrar a alguien nervioso o se sigue a un borracho con la cámara zigzagueante.
2- LA CASA DE LAS DAGAS VOLADORAS (House of flying daggers), de Zhang Yimou.
A Zhang Yimou no le interesa trasladar la magia de un momento a imágenes. El busca crear un poema con cada encuadre. Si bien esta grasada visual era molesta en Héroe, ahora en La casa de las dagas voladoras fluye con mayor naturalidad al encontrar una razón de ser en la exacerbación melodramática. Toda pasión debe ser desmesurada dentro de este género y por eso no queda mal tanta campiña y pradera. Esto la acerca un tanto a Episodio II, otra película con sables cargadísima con el (justificadamente) más mersa de los melodramas. Hay que decir que las coreografías de este wuxia pian (películas de espadachines chinos) son muy superiores a las de cualquier Episodio, pero también hay una innecesaria repetición constante del "efectito bala de Matrix" para resolver varias secuencias. Otro punto importante a destacar es que La casa de las dagas voladoras comparte el juego de máscaras de Héroe, pero esta vez por suerte no coquetea ideológicamente con el imperialismo.
3- LA MARCA DE LA BESTIA (Cursed), de Wes Craven.
Si se habla de regímenes totalitarios dentro del cine, es difícil esquivar la mención de Disney y las empresas que aglutina. Wes Craven y Kevin Williamson fueron quienes sufrieron esta vez los famosos tijeretazos en este aggiornamiento de la historia del Hombre Lobo. La marca de la bestia no es un desastre, pero eso no se lo debe a Craven-Williamson sino a Jessie Eisenberg y Christina Ricci. El chico de Cosas de hombres vuelve a estar inmejorable y junto a Ricci le dan algo de espíritu a una película que era sólo un compendio de sustos y chistes. Eso sí, todo con bastante buen timing.
4- LA VIDA ES UN MILAGRO (Zivot Je Cudo), de Emir Kusturica.
Se dice que Kusturica sigue siendo Kusturica, pero la sensación que da La vida es un milagro es que directamente se lo comió el personaje. No parece que sigue haciendo lo mismo, sino que da la sensación que tiene que hacerlo por obligación. Más animales (a los únicos del rubro actoral a los que les sienta bien la sobreactuación), gitanos que gritan constantemente, algún chiste muy bueno, demasiado grotesco, problemas amorosos, más chistes con merca, situaciones disparatadas, alegorías sobre la guerra... Y otra vez más de dos horas y media. Emir Kusturica logró que no se puede decir que lo suyo sea un estilo sino ya un estereotipo. Kusturica es un cineasta cada vez más superficial.
* CLEAN, de Olivier Assayas.
Cineasta discutido, al menos en este blog, es Oliver Assayas. Guido Segal dice que Clean está buena para estar hecha por un director que no tiene personalidad. Assayas es más ecléctico que impersonal, pero seguramente Guido tenga razón al decir que Clean es moralmente interesante y al definir a Clean como "un monólogo de Maggie Cheung, un enorme acto de amor" de parte de Assayas (él lo agredía en lugar de mencionarlo).
* ADIOS QUERIDA LUNA, de Fernando Spiner.
Guido también vio Adiós querida Luna y dice que es interesante, pero todos esos puntos de interés pueden encontrarse fuera de la pantalla y no dentro de ella. Por lo que le leí, da la sensación que Guido piensa que es muy mala pero un tanto simpática, así que no quiere defenestrarla. Habrá que verla para comprobarlo y por ser una película en la que hay una base espacial en Temperley.
Después de hora
para Cantate algo
Jueves a la noche. Llegamos a La Cigale con G, L & M. Todos odian ese bar, pero no termino bien de entenderlo. Yo tengo demasiados recuerdos de ese lugar. Conocí gente, me deshice de otras personas, compartí grandes noches, disfruté los shows enormes del Ciclo P -RIP-, fortalecí relaciones. Todo en ese lugar que sentí cómo se empezó a arruinar allá por fines del 2002, cuando se terminó de masificar eso de salir los martes. O cuando la mayoría de los que lo hacían se avivaron que ir a Job's era pésimo.
Hacía bastante que no iba a La Cigale. La última vez que fui todavía estaba en pareja (nunca supe si estuve de novio o era alguien con quien garchaba frecuentemente, pero eso ya no es relevante) y habíamos ido a ver a la actual de una ex pareja mía (alguien con quien garché no tan frecuentemente). Fue durante el verano y me quedó un recuerdo amable tanto por aquel tecnopop dulzón que emanaba desde el escenario como por la comodidad de ver un show con el bar medio lleno (o medio vacío, depende del humor).
Lo que no había tenido en cuenta es que aquel recital había sido un lunes y no un jueves como éste. Ya desde antes de entrar se notaba que La Cigale estaba insoportable esa noche. Se ve que del verano a estos días la gente ya le perdió el miedo al hacinamiento rockero. O tal vez la razón se encuentre en el contexto actual de recitales, tan lleno de shows carísimos que los gratuitos parecen un lujo de unas pocas ocasiones. En la esquina ya me había cruzado a joey y nerd. Apenas nos abrieron la puerta de La Cigale, junto con un vaho insoportable, detecté a Marinita, Lucas, Martín, SteLLaR y Esteban. Cabe aclarar que no los responsabilizo por el vaho, que provenía de la barra del bar.
Tras saludar a los amigos privilegiados al estar cómodamente sentados, parto con mis acompañantes hacia el vaho o la barra, como prefieran. Pedimos la primera ronda de tragos de la noche. Me causa gracia recordar haber leído esa misma mañana la nota sobre el chico de la barra -no vale decir el chico del vaho- y de Hamacas al río (esa mañana me desayuné con que también trabaja en el Borda). El pensamiento deja de ser divertido desde el instante en que me doy cuenta que en la nota dice que la gente que ve en el bar está peor que la del neuropsiquiátrico. Me inquieta un poco saber qué pensará mientras nos atiende, pero reconozco que desde hace un tiempo que ando algo susceptible con el tema.
Me alejo de la barra y recibo un mensaje de texto en el telefonito que dice "vas?". Creo que respondo "estoy" y me voy al baño. Cuando vuelvo me sorprendo al ver a JD. Me quedo hablando un rato, me cae muy bien. Desde la barra, donde junto a mis cosas habían quedado G & L (M siempre conoce gente, sobre todo en los shows de Los álamos, y andaba dando vueltas como yo), que me hacían señas para que vuelva. Me tomé un rato porque me gustaba la charla, pero me sentí un tanto incómodo porque temía que JD note que me estaban haciendo señas como si yo les hubiese dicho "háganme zafar" o algo así. Mientras charlaba pasó satur, que me dejó un disco en la mano para que le pase a JD, entre otros. Me hice el gil porque quería escuchar el disco y no se lo pasé en ese momento.
Vuelta a la barra, segunda ronda y charlo un rato más. De ahí a la mesa de entrada y me siento a chatear un rato con los chicos, que siguen ahí en la mesa de al lado de la puerta. A e I, responsables del mensaje que recibí un ratito antes, llegan a La Cigale y me saludan con desconfianza. Estoy seguro que asumieron que iba a estar solo y no en una mesa llena de alegres borrachines.A e I se pierden entre el vaho. Una ronda más de bebidas y me doy cuenta que el show está por comenzar. También noto que descuidé un tanto a mis acompañantes originales, pero tampoco creí que me necesitaban mucho. Voy para el fondo (o para adelante, depende si se tiene en cuenta como referencia al bar o al escenario) y veo que A e I consiguieron mesa a un costado del escenario, aunque detrás de una columna que lo tapa un poco. Al ladito, esquivando la columna para poder ver, estaban mis acompañantes y me quedé, entonces, ahí parado mientras empezaba el show.
Entre los grupos relativamente nuevos, Los álamos son LA BANDA. Ya van varias veces que los veo en vivo y me parece que son importantes e interesantes. La grandilocuencia de mis adjetivos encuentra fundamentos en cada show de ellos que pude ver. Me acuerdo cuando tocaron en la última fiesta jevi que se hizo en Palermo, esa noche y ese show sentí que fueron demasiado. Pensar que por un cumpleaños casi terminaba en el Podestá, pero por suerte me fui y apenas subí a la fiesta estaban empezando a tocar. Tengo que decir que son los grandes candidatos a disco decepción del año, porque hace rato que no espero con tanta ansiedad y expectativas escuchar el disco de estudio de una banda nacional. Encima la tienen complicada, porque claramente es más fácil la creación de climas propicios al disfrute al tocar en vivo que en un disco. Van dos canciones del show e I me dice que se siente como en una road movie. Y eso que desde su asiento no se ven bien las proyecciones de autos, fábricas y rutas desérticas. Pienso en lo que dice I, que no me sorprende al tratrse de una banda de alt country -aunque prefiero la etiqueta de narco country, como se autodefinen-, y no me quedan dudas que entonces a ellos les encanta viajar. Se nota cuánto disfrutan el vivo, en todos sus conciertos se siente que no quieren bajar nunca del escenario. Además, siempre tienen algún cover a mano para usar de excusa y quedarse un ratito más. Es raro, porque por lo general me molesta la gente a la que le cuesta irse.
Terminan. Creo que a pesar de la extensión, todos se quedaron con ganas de un poquito más. Siento una sensación muy parecida a la gula, pero tal vez sea sólo mi panza demasiado hinchada por el alcohol. Marinita, sebaxxxtian (aka nerd), SteLLaR, Lucas, Esteban y Martín se van volando. Ellos siempre odiaron La Cigale. Sé que satur no tenía ganas de ir hasta allá. así que asumí que se escapó antes de que terminen de tocar. Los chicos se van a seguir tomando en otro lugar, pero les pido que me digan adónde, porque me quiero unir más tarde.
Estoy en la mesa con A e I y noto alegría en sus rostros. Por suerte les gustó el show. Siempre me gustó mucho la idea de invitar a alguien para que vea algo que desconoce y lo termine disfrutando mucho. Por alguna razón esta noche no siento tanto placer ante esto como me solía suceder. Y eso que tengo algo personal con I en cuanto a temas como éste. Algo relacionado con el 'dime con quién andas...', pero no viene al caso en este momento. I llega a hablar con alguien en la banda para preguntar cuándo los puede ver de nuevo o dónde puede conseguir el disco. Sabía que iba a hacer eso, a veces odio no apostar con alguien sobre algunas actitudes. También era un tanto obvio que I iba a andar dando vueltas para dejarme, de a ratos, solo con A.
G, L & M siguen a un costado de la columna charlando. No parecen estar pasándola mal, pero se quieren ir. Llega el momento de decidir qué voy a hacer. Sigo sin estar muy convencido, pero igual me quedo y pido una ronda más. Ellos se van y me quedo pensando un rato. Nosotros nos quedamos un poco más: Charlamos y nos sacamos alguna que otra foto. Por momentos trastabillo, a veces me entra la testadurez y exagero en temas que sé que debí haber evitado.
Es tarde y La Cigale todavía no se ve desolada. Pero hay algo en el aire. Cuaquiera que entrase al lugar en un momento así se daría cuenta que el ambiente no es para nada malo, pero también notaría que el punto más alto de la noche pasó hace largo rato. No me gusta tener esa sensación tan presente y creo que A e I también pueden presentirla. Propongo un cambio de sede para estirar más la noche. I tiene que madrugar, pero sé que le conviene porque el nuevo bar la favorece geográficamente. Hago las dos preguntas del rigor con respecto a ese tema. Todo funciona aceitado. Llegamos al Imaginario, donde esperan los bloggers. Noto que desde que llegaron no bebieron tanto como yo asumía. Las charlas fluyen junto con la cerveza. Sacamos más fotos. Varias bastante comprometidas / comprometedoras. La paso bien con ellos los jueves a la noche. Me estoy divirtiendo y no quiero irme, pero sé que estamos cerca de las 5 am y me da miedo pensar en la hora en que puede terminar la noche. Además se nota que hace bastante que I se quiere ir a dormir. A A no le molesta, creo que no tiene problemas en estar entre gente por demás alcoholizada.
Hago la pregunta necesaria, saludo a los bloggers y nos retiramos con A e I. Como estaba planeado, I se baja primero, ahí cerquita. La noche, al igual que este texto, se extendió bastante más de lo planeado. Yo aprovecho un semáforo en rojo en 9 de Julio, después mantengo el rumbo, yada, yada, yada veo en el slsk a las 10 am como en el room Pinkmoon Rick Hunter discute con Marinita. Pienso "esto ya es demasiado" y me duermo.
Naza Chong.
Jueves a la noche. Llegamos a La Cigale con G, L & M. Todos odian ese bar, pero no termino bien de entenderlo. Yo tengo demasiados recuerdos de ese lugar. Conocí gente, me deshice de otras personas, compartí grandes noches, disfruté los shows enormes del Ciclo P -RIP-, fortalecí relaciones. Todo en ese lugar que sentí cómo se empezó a arruinar allá por fines del 2002, cuando se terminó de masificar eso de salir los martes. O cuando la mayoría de los que lo hacían se avivaron que ir a Job's era pésimo.
Hacía bastante que no iba a La Cigale. La última vez que fui todavía estaba en pareja (nunca supe si estuve de novio o era alguien con quien garchaba frecuentemente, pero eso ya no es relevante) y habíamos ido a ver a la actual de una ex pareja mía (alguien con quien garché no tan frecuentemente). Fue durante el verano y me quedó un recuerdo amable tanto por aquel tecnopop dulzón que emanaba desde el escenario como por la comodidad de ver un show con el bar medio lleno (o medio vacío, depende del humor).
Lo que no había tenido en cuenta es que aquel recital había sido un lunes y no un jueves como éste. Ya desde antes de entrar se notaba que La Cigale estaba insoportable esa noche. Se ve que del verano a estos días la gente ya le perdió el miedo al hacinamiento rockero. O tal vez la razón se encuentre en el contexto actual de recitales, tan lleno de shows carísimos que los gratuitos parecen un lujo de unas pocas ocasiones. En la esquina ya me había cruzado a joey y nerd. Apenas nos abrieron la puerta de La Cigale, junto con un vaho insoportable, detecté a Marinita, Lucas, Martín, SteLLaR y Esteban. Cabe aclarar que no los responsabilizo por el vaho, que provenía de la barra del bar.
Tras saludar a los amigos privilegiados al estar cómodamente sentados, parto con mis acompañantes hacia el vaho o la barra, como prefieran. Pedimos la primera ronda de tragos de la noche. Me causa gracia recordar haber leído esa misma mañana la nota sobre el chico de la barra -no vale decir el chico del vaho- y de Hamacas al río (esa mañana me desayuné con que también trabaja en el Borda). El pensamiento deja de ser divertido desde el instante en que me doy cuenta que en la nota dice que la gente que ve en el bar está peor que la del neuropsiquiátrico. Me inquieta un poco saber qué pensará mientras nos atiende, pero reconozco que desde hace un tiempo que ando algo susceptible con el tema.
Me alejo de la barra y recibo un mensaje de texto en el telefonito que dice "vas?". Creo que respondo "estoy" y me voy al baño. Cuando vuelvo me sorprendo al ver a JD. Me quedo hablando un rato, me cae muy bien. Desde la barra, donde junto a mis cosas habían quedado G & L (M siempre conoce gente, sobre todo en los shows de Los álamos, y andaba dando vueltas como yo), que me hacían señas para que vuelva. Me tomé un rato porque me gustaba la charla, pero me sentí un tanto incómodo porque temía que JD note que me estaban haciendo señas como si yo les hubiese dicho "háganme zafar" o algo así. Mientras charlaba pasó satur, que me dejó un disco en la mano para que le pase a JD, entre otros. Me hice el gil porque quería escuchar el disco y no se lo pasé en ese momento.
Vuelta a la barra, segunda ronda y charlo un rato más. De ahí a la mesa de entrada y me siento a chatear un rato con los chicos, que siguen ahí en la mesa de al lado de la puerta. A e I, responsables del mensaje que recibí un ratito antes, llegan a La Cigale y me saludan con desconfianza. Estoy seguro que asumieron que iba a estar solo y no en una mesa llena de alegres borrachines.A e I se pierden entre el vaho. Una ronda más de bebidas y me doy cuenta que el show está por comenzar. También noto que descuidé un tanto a mis acompañantes originales, pero tampoco creí que me necesitaban mucho. Voy para el fondo (o para adelante, depende si se tiene en cuenta como referencia al bar o al escenario) y veo que A e I consiguieron mesa a un costado del escenario, aunque detrás de una columna que lo tapa un poco. Al ladito, esquivando la columna para poder ver, estaban mis acompañantes y me quedé, entonces, ahí parado mientras empezaba el show.
Entre los grupos relativamente nuevos, Los álamos son LA BANDA. Ya van varias veces que los veo en vivo y me parece que son importantes e interesantes. La grandilocuencia de mis adjetivos encuentra fundamentos en cada show de ellos que pude ver. Me acuerdo cuando tocaron en la última fiesta jevi que se hizo en Palermo, esa noche y ese show sentí que fueron demasiado. Pensar que por un cumpleaños casi terminaba en el Podestá, pero por suerte me fui y apenas subí a la fiesta estaban empezando a tocar. Tengo que decir que son los grandes candidatos a disco decepción del año, porque hace rato que no espero con tanta ansiedad y expectativas escuchar el disco de estudio de una banda nacional. Encima la tienen complicada, porque claramente es más fácil la creación de climas propicios al disfrute al tocar en vivo que en un disco. Van dos canciones del show e I me dice que se siente como en una road movie. Y eso que desde su asiento no se ven bien las proyecciones de autos, fábricas y rutas desérticas. Pienso en lo que dice I, que no me sorprende al tratrse de una banda de alt country -aunque prefiero la etiqueta de narco country, como se autodefinen-, y no me quedan dudas que entonces a ellos les encanta viajar. Se nota cuánto disfrutan el vivo, en todos sus conciertos se siente que no quieren bajar nunca del escenario. Además, siempre tienen algún cover a mano para usar de excusa y quedarse un ratito más. Es raro, porque por lo general me molesta la gente a la que le cuesta irse.
Terminan. Creo que a pesar de la extensión, todos se quedaron con ganas de un poquito más. Siento una sensación muy parecida a la gula, pero tal vez sea sólo mi panza demasiado hinchada por el alcohol. Marinita, sebaxxxtian (aka nerd), SteLLaR, Lucas, Esteban y Martín se van volando. Ellos siempre odiaron La Cigale. Sé que satur no tenía ganas de ir hasta allá. así que asumí que se escapó antes de que terminen de tocar. Los chicos se van a seguir tomando en otro lugar, pero les pido que me digan adónde, porque me quiero unir más tarde.
Estoy en la mesa con A e I y noto alegría en sus rostros. Por suerte les gustó el show. Siempre me gustó mucho la idea de invitar a alguien para que vea algo que desconoce y lo termine disfrutando mucho. Por alguna razón esta noche no siento tanto placer ante esto como me solía suceder. Y eso que tengo algo personal con I en cuanto a temas como éste. Algo relacionado con el 'dime con quién andas...', pero no viene al caso en este momento. I llega a hablar con alguien en la banda para preguntar cuándo los puede ver de nuevo o dónde puede conseguir el disco. Sabía que iba a hacer eso, a veces odio no apostar con alguien sobre algunas actitudes. También era un tanto obvio que I iba a andar dando vueltas para dejarme, de a ratos, solo con A.
G, L & M siguen a un costado de la columna charlando. No parecen estar pasándola mal, pero se quieren ir. Llega el momento de decidir qué voy a hacer. Sigo sin estar muy convencido, pero igual me quedo y pido una ronda más. Ellos se van y me quedo pensando un rato. Nosotros nos quedamos un poco más: Charlamos y nos sacamos alguna que otra foto. Por momentos trastabillo, a veces me entra la testadurez y exagero en temas que sé que debí haber evitado.
Es tarde y La Cigale todavía no se ve desolada. Pero hay algo en el aire. Cuaquiera que entrase al lugar en un momento así se daría cuenta que el ambiente no es para nada malo, pero también notaría que el punto más alto de la noche pasó hace largo rato. No me gusta tener esa sensación tan presente y creo que A e I también pueden presentirla. Propongo un cambio de sede para estirar más la noche. I tiene que madrugar, pero sé que le conviene porque el nuevo bar la favorece geográficamente. Hago las dos preguntas del rigor con respecto a ese tema. Todo funciona aceitado. Llegamos al Imaginario, donde esperan los bloggers. Noto que desde que llegaron no bebieron tanto como yo asumía. Las charlas fluyen junto con la cerveza. Sacamos más fotos. Varias bastante comprometidas / comprometedoras. La paso bien con ellos los jueves a la noche. Me estoy divirtiendo y no quiero irme, pero sé que estamos cerca de las 5 am y me da miedo pensar en la hora en que puede terminar la noche. Además se nota que hace bastante que I se quiere ir a dormir. A A no le molesta, creo que no tiene problemas en estar entre gente por demás alcoholizada.
Hago la pregunta necesaria, saludo a los bloggers y nos retiramos con A e I. Como estaba planeado, I se baja primero, ahí cerquita. La noche, al igual que este texto, se extendió bastante más de lo planeado. Yo aprovecho un semáforo en rojo en 9 de Julio, después mantengo el rumbo, yada, yada, yada veo en el slsk a las 10 am como en el room Pinkmoon Rick Hunter discute con Marinita. Pienso "esto ya es demasiado" y me duermo.
Naza Chong.
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martes, octubre 19, 2004
Wouldn't you miss me at all? (IV)
Todo empezó acá, después siguió esto, más tarde esto otro fue inevitable y ahora es imposible de poner un freno a los exabruptos
Estrenos del 30 de septiembre:
Familia rodante (Pablo Trapero). Puntaje: 7. Se nota que Trapero tiene cada vez más ideas de puesta en escena y que cada vez es mejor director. Igual es un personaje que veo cada vez menos interesante. Es notoria la habilidad para no caer en el costumbrismo en una película así. Cuando aparece Esquerro la película levanta mucho, cuando aparece el pelado ese rosarino, cae en picada. El plano sostenido del final está entre los finales más lindos del año.
Caterina en Roma (Caterina va in città, Paolo Virzi). Puntaje: 4. Las películas que oponen campo y ciudad son medio molestas. Las que lo hacen explícitamente todo el tiempo son insufribles. En las que el campo representa el bien, son intolerablemente retardadas. Caterina es una de ellas y no quiero seguir con la parte de comunistas y fachos porque estaba disfrutando esto de escribir pocas líneas contando los finales y no quiero amargarme. El pelotudo del padre se va en motoneta porque se entera que le meten los cuernos, todos son felices y Caterina se despide cuando se va de vacaciones de su amor que se va a vivir a Australia. Qué embole.
Un mundo menos peor (alejandro Agresti). Puntaje: 3. Por si no alcanzaba con Caterina... Esta mirada conciliatoria de Agresti con el pasado es inaceptable. Por lo menos está un punto por encima de Valentín al no utilizar a un nenito para bajar línea. Ojo, que acá está simpaticón, el mocoso
La supremacía de Bourne (The Bourne Supremacy, Peter Greengrass). Puntaje: 6. Por lo menos la carrera de Matt Damon no va para el mismo lado que la de Affleck. Identidad desconocida, la anterior, era una de espionaje; ésta, de venganza. Bajaron a Franka Potente y todos van a pagar por eso. Eso sí, se mantiene lejos de los cablecitos y los CGI para las luchitas. Nada de hacer mula.
Estrenos del 7 de octubre:
El espanta tiburones (Shark Tale, Bibo Bergeron, Vicky Jenson y Rob Letterman). Puntaje: 4. Una para que los grandes vayan acompañados por los niños, ponele. Mejor no. Aburrimiento para todos en una infinidad de citas pop (basta de pensar lo pop como cualidad inherente positiva) con una historia de un tiburón que además de puto, vegetariano. Uh, esa era la metáfora de la película, perdón. Vegetariano y reprimido entonces. La cuestión que eso de meter chistes "para grandes" a lo pavote la hace insoportable. Ah, ¿por qué cuatro puntos y no dos? En la privada la pasaron subtitulada, calenchu.
Mátame suavemente (Killing Me Softly, Kaige Chen). Puntaje: 3. Hablando de porquerías... Un thriller erótico que pasan hace rato ya en tele. Confirmo que el traje de Gatúbela de Batman vuelve es aplicable a los patines de Boogie Nights. Cualquiera se ve bien en ellos. Heather Graham es insufrible y pocas veces la pantalla gigante ha visto un idiota del tamaño del hermano de Ralph Fiennes. La previsible asesina Natascha McElhone es la única que no se desnuda (apa, en esta oración parece haber una lectura más interesante que toda la película. Tal vez no) y responsable exclusiva de los tres puntitos que figuran en negrita más arriba.
Exorcista: el comienzo (Exorcist: The beginning, Renny Harlin). Puntaje: 5. Todos imaginamos que la decente va a ser la versión que rebotó el estudio (la hizo Paul Schrader y la editan con el dvd, si es que hay alguien que se anime a comprar este dvd). En esta no pasa nada: un par de referencias a la primera entrega para codearse con el de al lado y hacer un guiño cómplice tan idiota como los de la película. El intento de emular los sonidos iterativos y ciertos climas agobiantes de la versión original son lo más interesante. La verdad es que por momentos se deja ver y no es la porquería que todos esperábamos.
Deuda (Jorge Lanata y Andrés Schaer). Puntaje: 5. Jorge Lanata hizo lo impensado. Se cagó en las comparaciones con Moore e hizo una película decente. Sí, es un tema difícil, hay simplificaciones y es muy, pero muy televisivo (lo que es malo para algunas pretensiones). Un debut al menos interesante. En Patagonik se deben querer matar.
Primavera, las demás estaciones y otra vez primavera (un nombre igual de largo pero en coreano, así que ni en pedo, mejor buscá en imdb. Kim Ki-Duk). Puntaje: 8. La casita flotante en el laguito al lado de la montaña es tan imponente que si la cámara se quedaba quieta durante una hora y pico sin que aparezca nada ni nadie podríamos hablar de una obra maestra. Una historia budista llena de metáforas que son una carga (oops!) logra alejarla del status de obra maestra, pero hay que reconocer que no la caga tanto. este no es el Kim Ki-Duk que pide la gente, está clarísimo, pero es el que llegó y eso ya es motivo de festejo.
Próxima salida (Nicolás Tuozzo). Puntaje: 2. Una de esas en las que al escribir se exagera por la indignación. Pero no estamos acá como para hacernos cargo de Adrian Martin y sus críticos ofendidos, sino para gritar el disgusto que provocó Próxima salida. ¿Por qué? Para empezar, "actúa" Ulises Dumont y eso es malo (revisar las recientes La mina y Un mundo menos peor para más datos). Imita todos los lugares comunes del cine indie americano o, lo que es aún peor, el cine indie importado que consumen los americanos. Ni vale la pena que cuente el final de lo previsible que es que una tragedia una todas las historias. Una que me hace disfrutar de mi falta de memoria.
El amor (primera parte). (Alejandro Fadel, Martín Máuregui, Santiago Mitre y Juan Schnitman). Puntaje: 10. ¿Es perfecta? Ni a palos, o mejor dicho espero que no lo sea. Podría decir "como el amor", pero no soy tan pelotudo y estoy cansado de toda la movida de El amor (primera persona). El amor (primera parte) no es buena porque habla del amor. Es buena más allá del amor. De hecho es más que el amor, es una película política, que prueba y pide otra manera de hacer cine. No se trata sólo de una peliculita hecha con cariño (perdón, amor) y pocos recursos. Llinás parece ser el tipo que más cosas tiene para decir de todo el cine argentino
Naza Chong.
Estrenos del 30 de septiembre:
Familia rodante (Pablo Trapero). Puntaje: 7. Se nota que Trapero tiene cada vez más ideas de puesta en escena y que cada vez es mejor director. Igual es un personaje que veo cada vez menos interesante. Es notoria la habilidad para no caer en el costumbrismo en una película así. Cuando aparece Esquerro la película levanta mucho, cuando aparece el pelado ese rosarino, cae en picada. El plano sostenido del final está entre los finales más lindos del año.
Caterina en Roma (Caterina va in città, Paolo Virzi). Puntaje: 4. Las películas que oponen campo y ciudad son medio molestas. Las que lo hacen explícitamente todo el tiempo son insufribles. En las que el campo representa el bien, son intolerablemente retardadas. Caterina es una de ellas y no quiero seguir con la parte de comunistas y fachos porque estaba disfrutando esto de escribir pocas líneas contando los finales y no quiero amargarme. El pelotudo del padre se va en motoneta porque se entera que le meten los cuernos, todos son felices y Caterina se despide cuando se va de vacaciones de su amor que se va a vivir a Australia. Qué embole.
Un mundo menos peor (alejandro Agresti). Puntaje: 3. Por si no alcanzaba con Caterina... Esta mirada conciliatoria de Agresti con el pasado es inaceptable. Por lo menos está un punto por encima de Valentín al no utilizar a un nenito para bajar línea. Ojo, que acá está simpaticón, el mocoso
La supremacía de Bourne (The Bourne Supremacy, Peter Greengrass). Puntaje: 6. Por lo menos la carrera de Matt Damon no va para el mismo lado que la de Affleck. Identidad desconocida, la anterior, era una de espionaje; ésta, de venganza. Bajaron a Franka Potente y todos van a pagar por eso. Eso sí, se mantiene lejos de los cablecitos y los CGI para las luchitas. Nada de hacer mula.
Estrenos del 7 de octubre:
El espanta tiburones (Shark Tale, Bibo Bergeron, Vicky Jenson y Rob Letterman). Puntaje: 4. Una para que los grandes vayan acompañados por los niños, ponele. Mejor no. Aburrimiento para todos en una infinidad de citas pop (basta de pensar lo pop como cualidad inherente positiva) con una historia de un tiburón que además de puto, vegetariano. Uh, esa era la metáfora de la película, perdón. Vegetariano y reprimido entonces. La cuestión que eso de meter chistes "para grandes" a lo pavote la hace insoportable. Ah, ¿por qué cuatro puntos y no dos? En la privada la pasaron subtitulada, calenchu.
Mátame suavemente (Killing Me Softly, Kaige Chen). Puntaje: 3. Hablando de porquerías... Un thriller erótico que pasan hace rato ya en tele. Confirmo que el traje de Gatúbela de Batman vuelve es aplicable a los patines de Boogie Nights. Cualquiera se ve bien en ellos. Heather Graham es insufrible y pocas veces la pantalla gigante ha visto un idiota del tamaño del hermano de Ralph Fiennes. La previsible asesina Natascha McElhone es la única que no se desnuda (apa, en esta oración parece haber una lectura más interesante que toda la película. Tal vez no) y responsable exclusiva de los tres puntitos que figuran en negrita más arriba.
Exorcista: el comienzo (Exorcist: The beginning, Renny Harlin). Puntaje: 5. Todos imaginamos que la decente va a ser la versión que rebotó el estudio (la hizo Paul Schrader y la editan con el dvd, si es que hay alguien que se anime a comprar este dvd). En esta no pasa nada: un par de referencias a la primera entrega para codearse con el de al lado y hacer un guiño cómplice tan idiota como los de la película. El intento de emular los sonidos iterativos y ciertos climas agobiantes de la versión original son lo más interesante. La verdad es que por momentos se deja ver y no es la porquería que todos esperábamos.
Deuda (Jorge Lanata y Andrés Schaer). Puntaje: 5. Jorge Lanata hizo lo impensado. Se cagó en las comparaciones con Moore e hizo una película decente. Sí, es un tema difícil, hay simplificaciones y es muy, pero muy televisivo (lo que es malo para algunas pretensiones). Un debut al menos interesante. En Patagonik se deben querer matar.
Primavera, las demás estaciones y otra vez primavera (un nombre igual de largo pero en coreano, así que ni en pedo, mejor buscá en imdb. Kim Ki-Duk). Puntaje: 8. La casita flotante en el laguito al lado de la montaña es tan imponente que si la cámara se quedaba quieta durante una hora y pico sin que aparezca nada ni nadie podríamos hablar de una obra maestra. Una historia budista llena de metáforas que son una carga (oops!) logra alejarla del status de obra maestra, pero hay que reconocer que no la caga tanto. este no es el Kim Ki-Duk que pide la gente, está clarísimo, pero es el que llegó y eso ya es motivo de festejo.
Próxima salida (Nicolás Tuozzo). Puntaje: 2. Una de esas en las que al escribir se exagera por la indignación. Pero no estamos acá como para hacernos cargo de Adrian Martin y sus críticos ofendidos, sino para gritar el disgusto que provocó Próxima salida. ¿Por qué? Para empezar, "actúa" Ulises Dumont y eso es malo (revisar las recientes La mina y Un mundo menos peor para más datos). Imita todos los lugares comunes del cine indie americano o, lo que es aún peor, el cine indie importado que consumen los americanos. Ni vale la pena que cuente el final de lo previsible que es que una tragedia una todas las historias. Una que me hace disfrutar de mi falta de memoria.
El amor (primera parte). (Alejandro Fadel, Martín Máuregui, Santiago Mitre y Juan Schnitman). Puntaje: 10. ¿Es perfecta? Ni a palos, o mejor dicho espero que no lo sea. Podría decir "como el amor", pero no soy tan pelotudo y estoy cansado de toda la movida de El amor (primera persona). El amor (primera parte) no es buena porque habla del amor. Es buena más allá del amor. De hecho es más que el amor, es una película política, que prueba y pide otra manera de hacer cine. No se trata sólo de una peliculita hecha con cariño (perdón, amor) y pocos recursos. Llinás parece ser el tipo que más cosas tiene para decir de todo el cine argentino
Naza Chong.
jueves, octubre 14, 2004
Wouldn't you miss me at all? (III)
La continuación de los posteos caprichosos e irracionales que, esta vez, empezaron acá y siguieron acá.
Estrenos del 16 de septiembre
A todo o nada (All or Nothing, Mike Leigh). Puntaje: 9. Nunca me banqué a Leigh. Si tendría que votar cuál me parece la peor película de la historia diría Life is Sweat. Pero no sé si será que miro las cosas con ojos distintos o si el tipo este le encontró la vuelta. Si te olvidás de la borracha, todo calza perfecto. Lo bueno es que la película es quien se olvida de la borracha, y de todos los segundones, para centrarse sólo en una familia. Amaga con resolverlo mal al meter 10 primeros planos seguidos, pero ahí nomás repunta y salva el final de una película dura, pero que nunca pierde el sentido del humor.
Alien vs Depredador (Paul W.S. Anderson). Puntaje: 4. Hasta que pelean los monstruitos es un embole. Vinelliada de aquellas en toda esa primera parte. Y las luchitas tampoco son gran cosa. En realidad nunca me interesaron ninguno de los dos bichitos esos, por ahí es mi culpa. No creo.
Padre e hijos (Père et fils, Michel Boujenah). Puntaje: 1. Basta de padres, en serio. El padre nunca estuvo enfermo, ve las ballenitas esas de mierda y encima se queda tranquilo porque se da cuenta de que el hijo no era puto.
Tacholas, un actor galaico porteño (José Santiso). Puntaje: 5. Hay que estar trastornado para hacer un documental sobre Tacholas, pero hay que admitir que es una gran idea. Algunos buenos testimonios, un rejunte de alguna que otra escena interesante de archivo y un montón de inserts del director totalmente inexplicables.
Trelew (Mariana Arruti). Puntaje: 9. Un documental marcado por la ficción. La idea de suspenso cinematográfica es omnipresente. Si hay alguien que desconoce los hechos de la masacre de Trelew y ve el documental, no va a poder evitar pensar que fue todo una reconstrucción ficcional. Con un archivo impresionante, y no por eso más valioso que las declaraciones nuevas. Una película imperdible.
Estrenos del 23 de septiembre
Chicas pesadas (Mean Girls, Mark S. Waters). Puntaje: 8. Por encima de la anterior de Waters, Un viernes de locos y de Legalmente rubia, llega una película con la fuerza necesaria para competir en la liga de Ni idea, Dulces y peligrosas y La elección (aunque pierda con casi todas). Una mirada antropológica sobre las distintas tribus de un secundario. Por supuesto que es mucho mejor de lo que suena la oración anterior. La dupla Mark Waters - Linsay Lohan parece que va a dar que hablar. Btw: Picardías estudiantiles es la comedia de secundario más sobrevalorada de la historia.
El perro (Le chien, Carlos Sorín). Puntaje: 5. Sorín es un grasa. Por ese te mete música todo el tiempo donde puede. Encima te lo refuerza con unos primeros planos que meten miedo. Pero esta historia se deja llevar muchísimo mejor que las mínimas de su película anterior. Villegas en persona debe ser un plomo insoportable, pero hay que reconocer que en la película funciona. Lo mismo se puede decir de los perros.
La ciudad está tranquila (La ville est tranquille, Robert Guédiguian). Puntaje: 6. Tarde y en video llega una película que avisaba sobre el avance de la extrema derecha y la xenofobia en la clase obrera francesa. Chocolate por la noticia decís ahora, pero andá a saber si parecía tan obvio hace tres años y medio cuando se estreno en fílmico en Francia. nunca lo sabremos. Y yo no pago ni a palazos una entrada para estas proyecciones.
Gatúbela (Catwoman, Pitof). Puntaje: 3. Pitof es un incompetente. Intentó un buen truquito, el de darle estética felina a la pelicula, pero no salió e igual se hizo el bobo y le dio para adelante. Halle Berry está menos insoportable que de costumbre. Sharon Stone, no.
Mi vecino el asesino 2. (The Whole Ten Yards, Howard Deutch). Puntaje: 2. Chandler sigue reafirmando que es un boludo que no sabe hacer otra cosa. Bruce Willis parece querer ocultar su supuesto buen timing para la comedia. Kevin Pollack demuestra que uede ser insoportable sin que se lo reconozca. El director de Pretty in Pink y Los suplentes no podía caer más bajo.
Naza Chong.
Estrenos del 16 de septiembre
A todo o nada (All or Nothing, Mike Leigh). Puntaje: 9. Nunca me banqué a Leigh. Si tendría que votar cuál me parece la peor película de la historia diría Life is Sweat. Pero no sé si será que miro las cosas con ojos distintos o si el tipo este le encontró la vuelta. Si te olvidás de la borracha, todo calza perfecto. Lo bueno es que la película es quien se olvida de la borracha, y de todos los segundones, para centrarse sólo en una familia. Amaga con resolverlo mal al meter 10 primeros planos seguidos, pero ahí nomás repunta y salva el final de una película dura, pero que nunca pierde el sentido del humor.
Alien vs Depredador (Paul W.S. Anderson). Puntaje: 4. Hasta que pelean los monstruitos es un embole. Vinelliada de aquellas en toda esa primera parte. Y las luchitas tampoco son gran cosa. En realidad nunca me interesaron ninguno de los dos bichitos esos, por ahí es mi culpa. No creo.
Padre e hijos (Père et fils, Michel Boujenah). Puntaje: 1. Basta de padres, en serio. El padre nunca estuvo enfermo, ve las ballenitas esas de mierda y encima se queda tranquilo porque se da cuenta de que el hijo no era puto.
Tacholas, un actor galaico porteño (José Santiso). Puntaje: 5. Hay que estar trastornado para hacer un documental sobre Tacholas, pero hay que admitir que es una gran idea. Algunos buenos testimonios, un rejunte de alguna que otra escena interesante de archivo y un montón de inserts del director totalmente inexplicables.
Trelew (Mariana Arruti). Puntaje: 9. Un documental marcado por la ficción. La idea de suspenso cinematográfica es omnipresente. Si hay alguien que desconoce los hechos de la masacre de Trelew y ve el documental, no va a poder evitar pensar que fue todo una reconstrucción ficcional. Con un archivo impresionante, y no por eso más valioso que las declaraciones nuevas. Una película imperdible.
Estrenos del 23 de septiembre
Chicas pesadas (Mean Girls, Mark S. Waters). Puntaje: 8. Por encima de la anterior de Waters, Un viernes de locos y de Legalmente rubia, llega una película con la fuerza necesaria para competir en la liga de Ni idea, Dulces y peligrosas y La elección (aunque pierda con casi todas). Una mirada antropológica sobre las distintas tribus de un secundario. Por supuesto que es mucho mejor de lo que suena la oración anterior. La dupla Mark Waters - Linsay Lohan parece que va a dar que hablar. Btw: Picardías estudiantiles es la comedia de secundario más sobrevalorada de la historia.
El perro (Le chien, Carlos Sorín). Puntaje: 5. Sorín es un grasa. Por ese te mete música todo el tiempo donde puede. Encima te lo refuerza con unos primeros planos que meten miedo. Pero esta historia se deja llevar muchísimo mejor que las mínimas de su película anterior. Villegas en persona debe ser un plomo insoportable, pero hay que reconocer que en la película funciona. Lo mismo se puede decir de los perros.
La ciudad está tranquila (La ville est tranquille, Robert Guédiguian). Puntaje: 6. Tarde y en video llega una película que avisaba sobre el avance de la extrema derecha y la xenofobia en la clase obrera francesa. Chocolate por la noticia decís ahora, pero andá a saber si parecía tan obvio hace tres años y medio cuando se estreno en fílmico en Francia. nunca lo sabremos. Y yo no pago ni a palazos una entrada para estas proyecciones.
Gatúbela (Catwoman, Pitof). Puntaje: 3. Pitof es un incompetente. Intentó un buen truquito, el de darle estética felina a la pelicula, pero no salió e igual se hizo el bobo y le dio para adelante. Halle Berry está menos insoportable que de costumbre. Sharon Stone, no.
Mi vecino el asesino 2. (The Whole Ten Yards, Howard Deutch). Puntaje: 2. Chandler sigue reafirmando que es un boludo que no sabe hacer otra cosa. Bruce Willis parece querer ocultar su supuesto buen timing para la comedia. Kevin Pollack demuestra que uede ser insoportable sin que se lo reconozca. El director de Pretty in Pink y Los suplentes no podía caer más bajo.
Naza Chong.
viernes, octubre 08, 2004
Wouldn't you miss me at all? (II)
La continuación del posteo caprichoso que empezó acá.
Estrenos del 26 de agosto
Hellboy (Guillermo del Toro). Puintaje: 7. Las historias de amor entre freaks le pueden a cualquiera, hay que admitirlo. Encima hay luchitas en el medio. Es medio subrayado eso de que malo no se nace, sino que se hace al sacar bien buenito a un diablito creado por los nazis, pero criado por científicos. Pero fuera de sobreinterpretaciones, un tipo que se lima los cuernos, fuma todo el tiempo y tiene levante a pesar de parecerse a Ron Perlman es alguien a respetar.
Nathalie X (Nathalie..., Anne Fontaine). Puntaje: 5. Res non verba decía la campera de gimnasia de mi colegio. Frase idiota si las había para un secundario y que odié a lo largo de esos tres años. Esta película es bien verba non res, todo es palabra, se caga en los hechos. Está bien que es por una trampa tonta y predecible del guión, pero se sostiene igual a lo largo de la película. Se trata de la relación entre ellas, no de una película artie de estafas, en las que importa si es todo verdad o mentira. Además acá ya se nota que era todo mentira (upa, lo hice de nuevo ponele).
Las reglas de la seducción (Laws of Atraction, Peter Howitt). Puntaje: 4. En esta supuesta comedia romántica no hay seducción, atracción y mucho menos comedia o romance. Una película rígida y tal vez sea por eso que del título sólo se mantengan reglas. El tema es que Moore y Brosnam no pegan ni con cola y eso se nota y molesta. Nada peor que una comedia romántica intrascendente.
Hombre en llamas (Man on fire, Tony Scott). Puntaje: 7. Disfrutablemente facho (no como Ridley, su hermano no disfrutable) vuelve uno de los más grandes y no reconocidos cineastas de Hollywood. Denzel Washington desatado haciendo "justicia" por mano propia, llega a meterle dinamita en el culo a un mexicano. Y así todo el tiempo. Divertidísimo, pero todavía lejos de Días de trueno, El último boy scout y el resto de sus hits de antaño.
Estrenos del 2 de septiembre
El regreso (Vozvrashcheniye, Andrei Zvyagintsev). Puntaje: 6. Lejos de ser lo mejor del año y con el gimmick de la muerte de uno de sus actores en el mismo lago en el que se filmó. Una película aburrida, estúpidamente circular y con los complejitos ñoños de los padres. Eso sí, se ve como la concha de la lora y el hijo menor tiene unos cachetes de puta madre.
Osama (Siddiq Barmak). Puntaje: 3. Otra que llega con gimmick. Encima tan pelotudos de ponerle Osama. Dejate de joder. Nefasta ideológica y visualmente. Hay un pibito que pide monedas que parece piola.
La aldea (The Village, M. Night Shyamalan). Puntaje: 1. De lo peor del año, llega la película que contradice sus tres últimas. No hay nada sobrenatural, los monstruos, como los reyes magos, el coco y Papá Noel 'a la final' eran los padres. Eso sí, éstos son reaccionarios que meten miedo. En cualquier momento se viene la remake en Pilar.
Cruz de sal y Dolores de casada (Jaime Lozano y Juan Manuel Jimenez). Puntajes: 1. Dos mega bodrios. El primero con algún valor trash, el segundo con Mirta Busnelli.
¡Yu-Gi-Oh! (Yûgiô: Gekijô-ban, Hatsuki Tsuji). Puntaje: 3. Saltó la ficha: en realidad prendí uno antes de entrar y escribí sobre eso nomás. Ni así. Era algo de un jueguito de cartas, sin movimiento y con diálogos redundantes. Un mal viaje.
Las trillizas de Belleville (Les tripletes de Belleville, Sylvain Chomet). Puntaje: 7. Apareció medio mundo indignado con esta en la época del estreno. El otro medio mundo se había fascinado en la proyección del Bafici. Muchos chistes son malos, sí, es aburrida, también, pero no es El regreso. Una animada menos ñoña que el 95% de los estrenos de dibujitos.
Estrenos del 9 de septiembre
La terminal (The Terminal, Steven Spielberg) Puntaje: 7. Spielberg es de esos que es tan raro que te vuele la peluca como que meta la pata. La terminal es otra más de sus películas correctas. Eso sí, ya parece que se lo comieron sus guiños. Ah, y basta de padres, que acá aunque ocultos y en unos pocos minutos, igual aparecen y les alcanza como siempre para apestar un poco las cosas.
Lesbianas de Buenos Aires (Santiago García). Puntaje: 8. No está bien que lo halague mucho por ser cinequanon amigo, pero debo confesarle que su película me gusta más que la de Spielberg. De cualquier forma, Lesbianas... es un documental tan político como emotivo. Y lo que es mucho mejor nunca es declamatorio ni sensiblero. Se esperan Las deportistas.
La mina (Victo Laplace). Puntaje: 1. Laplace apuesta al grotesco. Eso al menos hace que cuanto menos uno piense "este tipo está loco". Pero no, no es irónico. El tipo quiere tirar una metáfora de la Argentina por la cabeza del espectador. Y su única arma es el palurdo de Dumont gritando "puta" o "mierda" y seguramente algún "puta de mierda".
Los muertos (Lisandro Alonso). Püntaje: 10. Parecía imposible llegar al nivel de La libertad, pero Lisandro Alonso lo logró y encima cambió el registro. Si en La libertad estaba mucho más cerca del documental que de la ficción, acá es todo lo contrario. El plano secuencia inicial es un prodigio fílmico.
Héroe (Ying xiong, Zhang Yimou). Puntaje: 6. Se ve del carajo, con un cast del carajo, pero imperialista hasta al carajo. Gracias, pero no gracias.
Balseros (Carles Bosch, Josep M. Domènech). Puntaje: 7. Al final se vuelve un plomazo porque te explican cómo terminaron todos, pero todo el prólogo en Cuba es brillante y se puede decir lo mismo de la producción y el trabajo de investigación. Otra en contra es que por momentos se vuelve innecesariamente sensiblera. Lo mejor es ver la reacción de los cubanos ante una escalera mecánica.
Todo es por amor (It´s all about love, Thomas Vinterberg). Puntaje: 2. Lo único interesante de Todo es por amor es que impone una idea de amor como algo frío, alejado de las pasiones. Después es un bodrio artie filmado de manera redundante (cámara ondulante para ebrios y que tiembla para filmar nerviosos).
Naza Chong.
Estrenos del 26 de agosto
Hellboy (Guillermo del Toro). Puintaje: 7. Las historias de amor entre freaks le pueden a cualquiera, hay que admitirlo. Encima hay luchitas en el medio. Es medio subrayado eso de que malo no se nace, sino que se hace al sacar bien buenito a un diablito creado por los nazis, pero criado por científicos. Pero fuera de sobreinterpretaciones, un tipo que se lima los cuernos, fuma todo el tiempo y tiene levante a pesar de parecerse a Ron Perlman es alguien a respetar.
Nathalie X (Nathalie..., Anne Fontaine). Puntaje: 5. Res non verba decía la campera de gimnasia de mi colegio. Frase idiota si las había para un secundario y que odié a lo largo de esos tres años. Esta película es bien verba non res, todo es palabra, se caga en los hechos. Está bien que es por una trampa tonta y predecible del guión, pero se sostiene igual a lo largo de la película. Se trata de la relación entre ellas, no de una película artie de estafas, en las que importa si es todo verdad o mentira. Además acá ya se nota que era todo mentira (upa, lo hice de nuevo ponele).
Las reglas de la seducción (Laws of Atraction, Peter Howitt). Puntaje: 4. En esta supuesta comedia romántica no hay seducción, atracción y mucho menos comedia o romance. Una película rígida y tal vez sea por eso que del título sólo se mantengan reglas. El tema es que Moore y Brosnam no pegan ni con cola y eso se nota y molesta. Nada peor que una comedia romántica intrascendente.
Hombre en llamas (Man on fire, Tony Scott). Puntaje: 7. Disfrutablemente facho (no como Ridley, su hermano no disfrutable) vuelve uno de los más grandes y no reconocidos cineastas de Hollywood. Denzel Washington desatado haciendo "justicia" por mano propia, llega a meterle dinamita en el culo a un mexicano. Y así todo el tiempo. Divertidísimo, pero todavía lejos de Días de trueno, El último boy scout y el resto de sus hits de antaño.
Estrenos del 2 de septiembre
El regreso (Vozvrashcheniye, Andrei Zvyagintsev). Puntaje: 6. Lejos de ser lo mejor del año y con el gimmick de la muerte de uno de sus actores en el mismo lago en el que se filmó. Una película aburrida, estúpidamente circular y con los complejitos ñoños de los padres. Eso sí, se ve como la concha de la lora y el hijo menor tiene unos cachetes de puta madre.
Osama (Siddiq Barmak). Puntaje: 3. Otra que llega con gimmick. Encima tan pelotudos de ponerle Osama. Dejate de joder. Nefasta ideológica y visualmente. Hay un pibito que pide monedas que parece piola.
La aldea (The Village, M. Night Shyamalan). Puntaje: 1. De lo peor del año, llega la película que contradice sus tres últimas. No hay nada sobrenatural, los monstruos, como los reyes magos, el coco y Papá Noel 'a la final' eran los padres. Eso sí, éstos son reaccionarios que meten miedo. En cualquier momento se viene la remake en Pilar.
Cruz de sal y Dolores de casada (Jaime Lozano y Juan Manuel Jimenez). Puntajes: 1. Dos mega bodrios. El primero con algún valor trash, el segundo con Mirta Busnelli.
¡Yu-Gi-Oh! (Yûgiô: Gekijô-ban, Hatsuki Tsuji). Puntaje: 3. Saltó la ficha: en realidad prendí uno antes de entrar y escribí sobre eso nomás. Ni así. Era algo de un jueguito de cartas, sin movimiento y con diálogos redundantes. Un mal viaje.
Las trillizas de Belleville (Les tripletes de Belleville, Sylvain Chomet). Puntaje: 7. Apareció medio mundo indignado con esta en la época del estreno. El otro medio mundo se había fascinado en la proyección del Bafici. Muchos chistes son malos, sí, es aburrida, también, pero no es El regreso. Una animada menos ñoña que el 95% de los estrenos de dibujitos.
Estrenos del 9 de septiembre
La terminal (The Terminal, Steven Spielberg) Puntaje: 7. Spielberg es de esos que es tan raro que te vuele la peluca como que meta la pata. La terminal es otra más de sus películas correctas. Eso sí, ya parece que se lo comieron sus guiños. Ah, y basta de padres, que acá aunque ocultos y en unos pocos minutos, igual aparecen y les alcanza como siempre para apestar un poco las cosas.
Lesbianas de Buenos Aires (Santiago García). Puntaje: 8. No está bien que lo halague mucho por ser cinequanon amigo, pero debo confesarle que su película me gusta más que la de Spielberg. De cualquier forma, Lesbianas... es un documental tan político como emotivo. Y lo que es mucho mejor nunca es declamatorio ni sensiblero. Se esperan Las deportistas.
La mina (Victo Laplace). Puntaje: 1. Laplace apuesta al grotesco. Eso al menos hace que cuanto menos uno piense "este tipo está loco". Pero no, no es irónico. El tipo quiere tirar una metáfora de la Argentina por la cabeza del espectador. Y su única arma es el palurdo de Dumont gritando "puta" o "mierda" y seguramente algún "puta de mierda".
Los muertos (Lisandro Alonso). Püntaje: 10. Parecía imposible llegar al nivel de La libertad, pero Lisandro Alonso lo logró y encima cambió el registro. Si en La libertad estaba mucho más cerca del documental que de la ficción, acá es todo lo contrario. El plano secuencia inicial es un prodigio fílmico.
Héroe (Ying xiong, Zhang Yimou). Puntaje: 6. Se ve del carajo, con un cast del carajo, pero imperialista hasta al carajo. Gracias, pero no gracias.
Balseros (Carles Bosch, Josep M. Domènech). Puntaje: 7. Al final se vuelve un plomazo porque te explican cómo terminaron todos, pero todo el prólogo en Cuba es brillante y se puede decir lo mismo de la producción y el trabajo de investigación. Otra en contra es que por momentos se vuelve innecesariamente sensiblera. Lo mejor es ver la reacción de los cubanos ante una escalera mecánica.
Todo es por amor (It´s all about love, Thomas Vinterberg). Puntaje: 2. Lo único interesante de Todo es por amor es que impone una idea de amor como algo frío, alejado de las pasiones. Después es un bodrio artie filmado de manera redundante (cámara ondulante para ebrios y que tiembla para filmar nerviosos).
Naza Chong.
miércoles, octubre 06, 2004
Qué hermoso día para reventar... ¡REVENTAR!
Wouldn't you miss me at all? (I)
viernes, septiembre 24, 2004
El espejo (reflejo I)
viernes, julio 16, 2004
La revolución no será televisiva
Fahrenheit 9/11 (Estados Unidos, 2004). Dirigida por Michael Moore. Con George W. Bush, Michael Moore, la viejita del golpe bajo y desmembrados varios. Ficha técnica. Sitio oficial.
ESTRENO
Puntaje: 3. En los diarios: Luciano Monteagudo y también Horacio Bernades (Página/12 ¡Dos críticas en contra!): 6 (¡¿?!), Marcelo Zapata (Ámbito Financiero): 6, Fernando López (La Nación): 8, Pablo O. Scholz (Clarín): 8. Rotten tomatoes: 83%. Metacritic: 66.
Sí, es muy superior al periodismo ególatra manipulador de Bowling for Columbine. Las restricciones que impuso Michael Moore sobre su ego mejoraron un poco las cosas. Otra ventaja respecto de su bochorno anterior es que en Fahrenheit 9/11 cuenta con un buen archivo y no tiene que salir a cazar imágenes (otro de sus no-fuertes). La rareza de Moore es que él ficcionaliza el documental, cuando la tendencia cinematográfica mundial se mantiene en documentalizar la ficción. ¿Pero es cine lo de Moore aunque abra a película como comedia, la tiña un poco de dramatismo, después se interne en el gore bélico y la cierre como melodrama (no sea cosa que alguien abandone inmutable la sala)? Moore opera condicionado por la estructura televisiva. Si bien faltan las propagandas (mejor dicho publicidades, de lo otro sobra) se nota la intención de dividir al film en bloques temáticos, líneas narrativas que abandona y jamás vuelve a retomar. Moore no es de esos directores que sacrificaría una imagen de impacto para beneficiar la narración, darle coherencia o un sustento ideológico mayor a una película (ojo: en una decisión respetable evita mostrar el atentado a las torres, pero claro que esa es una figurita repetida mundialmente y él prefiere inclinarse por imágenes de desesperación -todos planos bien cerraditos- de familiares buscando a víctimas o de gente corriendo por toda New York durante la mañana del atentado) Entonces, ¿cuál es el nexo entre todo este rejunte de temas que parecen estar aislados? Pegarle a Bush Jr. Por derecha, por el centro y por ultra derecha. En pos de atacar al presidente ¿electo? todo vale para Moore. Muchos lo acusarán de utilizar las mismas tácticas que Bush, pero ser cineasta no implica a priori tener las responsabilidades éticas que debería tener un presidente. El problema no está en el juego desleal de Moore, sino en que esas canalladas pretenden ser graciosas, pero están más cerca de la vergüenza ajena. En que intenta exponer a Bush como alguien nefasto, como cualquiera supone y busca reafirmar en la pantalla, y lo transforma en un personaje tan bobalicón como carismático, que no deja de tirar frases a la Schwarzenegger. También al impostar rigor periodístico, para después entregar una falacia tras otra. Moore es un periodista de pura cepa y eso parece condicionarlo y obligarlo a dar rienda suelta a su mala leche: para exponer a un villano tiene que perseguir y tergiversar, no puede contenerse y dejar que los "malos" den su versión de los hechos y eso los pruebe como "malos". El es quien tiene que correr a los miembros del Parlamento para decirle al espectador "este tipo es el mal". Moore mantiene el tratamiento que le da a sus odiados rednecks con los de este lado de la pantalla, ya una constante en su filmografía. Pero hace tiempo que algo cambió en su carrera: un periodista ramplón que acosaba al Roger de la GM podía resultar simpático, un mediocre cineasta impuesto (por él y por el peor periodismo) como adalid del progresismo bienpensante, no.
Naza Chong.
ESTRENO
Puntaje: 3. En los diarios: Luciano Monteagudo y también Horacio Bernades (Página/12 ¡Dos críticas en contra!): 6 (¡¿?!), Marcelo Zapata (Ámbito Financiero): 6, Fernando López (La Nación): 8, Pablo O. Scholz (Clarín): 8. Rotten tomatoes: 83%. Metacritic: 66.
Sí, es muy superior al periodismo ególatra manipulador de Bowling for Columbine. Las restricciones que impuso Michael Moore sobre su ego mejoraron un poco las cosas. Otra ventaja respecto de su bochorno anterior es que en Fahrenheit 9/11 cuenta con un buen archivo y no tiene que salir a cazar imágenes (otro de sus no-fuertes). La rareza de Moore es que él ficcionaliza el documental, cuando la tendencia cinematográfica mundial se mantiene en documentalizar la ficción. ¿Pero es cine lo de Moore aunque abra a película como comedia, la tiña un poco de dramatismo, después se interne en el gore bélico y la cierre como melodrama (no sea cosa que alguien abandone inmutable la sala)? Moore opera condicionado por la estructura televisiva. Si bien faltan las propagandas (mejor dicho publicidades, de lo otro sobra) se nota la intención de dividir al film en bloques temáticos, líneas narrativas que abandona y jamás vuelve a retomar. Moore no es de esos directores que sacrificaría una imagen de impacto para beneficiar la narración, darle coherencia o un sustento ideológico mayor a una película (ojo: en una decisión respetable evita mostrar el atentado a las torres, pero claro que esa es una figurita repetida mundialmente y él prefiere inclinarse por imágenes de desesperación -todos planos bien cerraditos- de familiares buscando a víctimas o de gente corriendo por toda New York durante la mañana del atentado) Entonces, ¿cuál es el nexo entre todo este rejunte de temas que parecen estar aislados? Pegarle a Bush Jr. Por derecha, por el centro y por ultra derecha. En pos de atacar al presidente ¿electo? todo vale para Moore. Muchos lo acusarán de utilizar las mismas tácticas que Bush, pero ser cineasta no implica a priori tener las responsabilidades éticas que debería tener un presidente. El problema no está en el juego desleal de Moore, sino en que esas canalladas pretenden ser graciosas, pero están más cerca de la vergüenza ajena. En que intenta exponer a Bush como alguien nefasto, como cualquiera supone y busca reafirmar en la pantalla, y lo transforma en un personaje tan bobalicón como carismático, que no deja de tirar frases a la Schwarzenegger. También al impostar rigor periodístico, para después entregar una falacia tras otra. Moore es un periodista de pura cepa y eso parece condicionarlo y obligarlo a dar rienda suelta a su mala leche: para exponer a un villano tiene que perseguir y tergiversar, no puede contenerse y dejar que los "malos" den su versión de los hechos y eso los pruebe como "malos". El es quien tiene que correr a los miembros del Parlamento para decirle al espectador "este tipo es el mal". Moore mantiene el tratamiento que le da a sus odiados rednecks con los de este lado de la pantalla, ya una constante en su filmografía. Pero hace tiempo que algo cambió en su carrera: un periodista ramplón que acosaba al Roger de la GM podía resultar simpático, un mediocre cineasta impuesto (por él y por el peor periodismo) como adalid del progresismo bienpensante, no.
Naza Chong.
lunes, julio 12, 2004
The Trip
Erreway: 4 caminos (Argentina, 2004). Dirigida por Ezequiel Crupnicoff. Con Luisana Lopilato, Benjamín Rojas, Camila Bordonaba, Felipe Colombo y Roly Serrano. Ficha técnica
ESTRENO
Puntaje: 4. En los diarios: Diego Lerer (Clarín): ; Horacio Bernades (Página/12): ; Adolfo C. Martínez (La Nación): 6.
Hay que decir que quien vaya el cine a buscar en Erreway: 4 caminos lo peor del año va a salir decepcionado. No sólo está (al menos) 4 puntos por encima de lo peor del año sino que también es mucho más de lo que se podía ver en el trailer. Allí parecía que además de girar alrededor de un tour de la banda y de las relaciones entre los chicos (con lo que también engaña el trailer porque se insinúa un affaire entre Benjamín Rojas y Luisana Lopilato), la película también aparentaba centrarse en el enfrentamiento con un villano de cartulina. Por suerte la intervención de ese mafioso italiano caricaturizado es mínima y se llega a sentir paródica. Parece existir la decisión de hacer ambiguas este tipo de cosas. Casi todo el tiempo aparecen elementos fuera de lugar para una supuesta película televisiva de explotación, y cada uno de ellos plantea el interrogante de la subversión involuntaria, consciente o jugar con la ambigüedad entre esas dos posturas. La mayoría de los críticos vio eso como inoperancia de los guionistas. Es una posibilidad, pero tal vez los guionistas sean más "vivos" que todos los críticos juntos. El guión tiene una velocidad envidiable, y aprovecha ese impulso para tomarse ciertas libertades. Ejemplo: un médico le informa al personaje de Luisana Lopilato de un embarazo no deseado. En escasos minutos la película arremete con escenas del parto, de la beba que llora durante la gira y de la beba con, como mínimo, un par de años. Esa velocidad hizo que una variedad de piolas exclamen jocosos "¿estuvieron como tres años de gira?". Ok, un error ponele. ¿A alguien debería importarle? ¿No es mejor quedarse con que en una película "para chicos" se dejó de obligarlos a casarse frente a un embarazo? ¿No es más interesante plantear la posición de la película frente al aborto? Más allá del tufillo a "dura realidad en su versión Cris Morena", hay que destacar otras dos rarezas para el género: el triunfo de la banda nunca llega, fracasan y quedan varados en medio de una ruta; Luisana Lopilato, estrellita máxima de la banda, tose tres planos seguidos (la última con sangre) y muere. El problema es que cae en el peor lugar común de las películas televisivas: la sobre explicación. Hay que contar quiénes son Brian May o el Gauchito Gil, no sea cosa que después no se entienda la película. Ahí, en el peor humor físico y en una música incidental insoportable (nada que ver con los números musicales de los chicos) es donde las innovaciones de la película se quedan sin aire. En su texto para Página/12, Horacio Bernades la recomienda a quienes mirar Volver los hace sentir como fumar un porro. Algo de eso puede haber en Erreway, pero más que por un porro todo parece producto de un mal viaje.
Naza Chong.
ESTRENO
Puntaje: 4. En los diarios: Diego Lerer (Clarín): ; Horacio Bernades (Página/12): ; Adolfo C. Martínez (La Nación): 6.
Hay que decir que quien vaya el cine a buscar en Erreway: 4 caminos lo peor del año va a salir decepcionado. No sólo está (al menos) 4 puntos por encima de lo peor del año sino que también es mucho más de lo que se podía ver en el trailer. Allí parecía que además de girar alrededor de un tour de la banda y de las relaciones entre los chicos (con lo que también engaña el trailer porque se insinúa un affaire entre Benjamín Rojas y Luisana Lopilato), la película también aparentaba centrarse en el enfrentamiento con un villano de cartulina. Por suerte la intervención de ese mafioso italiano caricaturizado es mínima y se llega a sentir paródica. Parece existir la decisión de hacer ambiguas este tipo de cosas. Casi todo el tiempo aparecen elementos fuera de lugar para una supuesta película televisiva de explotación, y cada uno de ellos plantea el interrogante de la subversión involuntaria, consciente o jugar con la ambigüedad entre esas dos posturas. La mayoría de los críticos vio eso como inoperancia de los guionistas. Es una posibilidad, pero tal vez los guionistas sean más "vivos" que todos los críticos juntos. El guión tiene una velocidad envidiable, y aprovecha ese impulso para tomarse ciertas libertades. Ejemplo: un médico le informa al personaje de Luisana Lopilato de un embarazo no deseado. En escasos minutos la película arremete con escenas del parto, de la beba que llora durante la gira y de la beba con, como mínimo, un par de años. Esa velocidad hizo que una variedad de piolas exclamen jocosos "¿estuvieron como tres años de gira?". Ok, un error ponele. ¿A alguien debería importarle? ¿No es mejor quedarse con que en una película "para chicos" se dejó de obligarlos a casarse frente a un embarazo? ¿No es más interesante plantear la posición de la película frente al aborto? Más allá del tufillo a "dura realidad en su versión Cris Morena", hay que destacar otras dos rarezas para el género: el triunfo de la banda nunca llega, fracasan y quedan varados en medio de una ruta; Luisana Lopilato, estrellita máxima de la banda, tose tres planos seguidos (la última con sangre) y muere. El problema es que cae en el peor lugar común de las películas televisivas: la sobre explicación. Hay que contar quiénes son Brian May o el Gauchito Gil, no sea cosa que después no se entienda la película. Ahí, en el peor humor físico y en una música incidental insoportable (nada que ver con los números musicales de los chicos) es donde las innovaciones de la película se quedan sin aire. En su texto para Página/12, Horacio Bernades la recomienda a quienes mirar Volver los hace sentir como fumar un porro. Algo de eso puede haber en Erreway, pero más que por un porro todo parece producto de un mal viaje.
Naza Chong.
Belleza robada
La piscina (Swiming Pool, Inglaterra/Francia, 2003). Dirigida por François Ozon. Con Charlotte Rampling y Ludivine Sagnier. Ficha técnica.
ESTRENO
Puntaje: 7. En los diarios: Luciano Monteagudo (Página/12): ; Fernando López (La Nación): 6; Pablo Scholz (Clarín): 8.
Tal vez sea imposible imaginar a un director que al filmar mujeres haga que se vean mejor que como le sale a Ozon. O al menos alguien que lo haga y no se llame Bertolucci. La importancia de ese aspecto visual en el cine de Ozon le posibilita exceder algunas líneas narrativas un poco... está bien, estúpidas (como si fuese poco su anterior "hombre se hace el muerto para darle una lección a las mujeres que lo rodean" ahora hizo "novelista policial se involucra en un caso similar a los que la hicieron famosa en sus libros"). Todo lo que Ozon tiene para dar se encuentra en idas y vueltas por los cuerpos de Ludivine Sagnier y Charlotte Rampling. Los movimientos de cámara que recorren los cuerpos tendidos al sol lo hacen con parsimonia y dan la sensación de que la cámara no hace más que dar un paseo por ellos. Sensación que recrudece cuando la cámara se detiene y cambia de dirección en medio de algún paneo o travelling. No vale decir por esto que no se sabe para dónde va ir la cámara por ser algo tan falso como estúpido. Pero sí vale, porque es una buena excusa y además es cierto, decir que lo que no se sabe bien para dónde va es la relación entre las dos protagonistas. Parece ir siempre para el peor lugar posible, pero lo que hace todo más raro es que Ozon parece mandarlas ahí a propósito. Construyó personajes que parecen el colmo del estereotipo: la inglesa amargada y represiva conoce a la francesita desfachatada y con cara de inocente. La relación se torna interesante sólo en sus extremos, cuando más se odian y cuando son más compinches. Pero todo esto no parece ser muy importante en La piscina. Lo que cuenta es que la película captura la belleza de los cuerpos de las protagonistas y la hace suya. Casi una constante ya en la filmografía de Ozon.
Naza Chong.
ESTRENO
Puntaje: 7. En los diarios: Luciano Monteagudo (Página/12): ; Fernando López (La Nación): 6; Pablo Scholz (Clarín): 8.
Tal vez sea imposible imaginar a un director que al filmar mujeres haga que se vean mejor que como le sale a Ozon. O al menos alguien que lo haga y no se llame Bertolucci. La importancia de ese aspecto visual en el cine de Ozon le posibilita exceder algunas líneas narrativas un poco... está bien, estúpidas (como si fuese poco su anterior "hombre se hace el muerto para darle una lección a las mujeres que lo rodean" ahora hizo "novelista policial se involucra en un caso similar a los que la hicieron famosa en sus libros"). Todo lo que Ozon tiene para dar se encuentra en idas y vueltas por los cuerpos de Ludivine Sagnier y Charlotte Rampling. Los movimientos de cámara que recorren los cuerpos tendidos al sol lo hacen con parsimonia y dan la sensación de que la cámara no hace más que dar un paseo por ellos. Sensación que recrudece cuando la cámara se detiene y cambia de dirección en medio de algún paneo o travelling. No vale decir por esto que no se sabe para dónde va ir la cámara por ser algo tan falso como estúpido. Pero sí vale, porque es una buena excusa y además es cierto, decir que lo que no se sabe bien para dónde va es la relación entre las dos protagonistas. Parece ir siempre para el peor lugar posible, pero lo que hace todo más raro es que Ozon parece mandarlas ahí a propósito. Construyó personajes que parecen el colmo del estereotipo: la inglesa amargada y represiva conoce a la francesita desfachatada y con cara de inocente. La relación se torna interesante sólo en sus extremos, cuando más se odian y cuando son más compinches. Pero todo esto no parece ser muy importante en La piscina. Lo que cuenta es que la película captura la belleza de los cuerpos de las protagonistas y la hace suya. Casi una constante ya en la filmografía de Ozon.
Naza Chong.
jueves, julio 01, 2004
Casi... casi... arañando
El Hombre Araña 2 (Spider-Man 2, Estados Unidos, 2004). Dirigida por Sam Raimi. Con Tobey Maguire, Kristen Dunst, J.K. Simmons, Bruce Campbell y Alfred Molina. Ficha técnica.
ESTRENO
Puntaje: 7. En los diarios: Diego Batlle (La Nación): 8;
El vértigo placentero que provocaba ver al Hombre Araña pasearse entre los rascacielos neoyorquinos servía para ocultar muchos de los baches de la primera parte. El era un superhéroe que disfrutaba como nadie esos superpoderes que le tocaron en suerte. Esta vez todo cambia porque ahora Peter Parker se la pasa sufriendo (o lo que es peor, diciendo cuánto sufre) y esa sensación que provocaba verlo "volar" por la ciudad perdió todo carácter de sorpresa y novedad. La mayoría de las limitaciones de la película están en ese dilema entre los deseos y las responsabilidades del vigilante adolescente, y para dejarlo bien claro Parker lo repite en voz alta, aunque esté solo y nadie pueda escucharlo de su lado de la pantalla. Pero todo esto suena bastante peor de lo que realmente es la película porque la fotogenia de la pasión de Parker por Mary Jane permanece intacta. Con cada aparición de Mary Jane los lamentos constantes de Parker por la relación que no puede ser dejan de ser insoportables y se vuelven emotivos.
Es extraña la forma en que Raimi hace el reparto de minutos en pantalla de los personajes. Subraya todo el tiempo la importancia del conflicto interno de P. Parker, también son exagerados los minutos que se le brindan a la tía Mayo, porque por más que no sean demasiados ella es el personaje más chato del film y encima se la utiliza para bajar línea. Todo lo contrario sucede con el director del Daily Buggle. El es todo carisma y merece que sus momentos en pantalla sigan multiplicándose en cada entrega de la franquicia. Ante personajes con conflictos que no saben resolver, él aparece con una solución inmediata para cualquier problema. Otro que no defrauda es Doc Ock, el personaje de Alfred Molina. Sin embargo Alfred no tiene la cuota de pantalla que acostumbran tener los antagonistas. Tendencia que ojalá se mantenga en la próxima entrega porque el pelmazo del hijo del Duendecillo verde se perfila como el próximo en la lista de villanos.
Pero si hasta aquí el balance parece dejar un saldo deudor importante... ¿en dónde se pueden rescatar las virtudes de esta secuela para disimular estos baches? Se encuentran cada vez que aparece en pantalla algún medio de transporte, ya sea un ciclomotor, autos o un tren. Al escribir sobre estas escenas se podrían llenar muchísimas líneas, pero no sería justo meterse con secuencias que no piden nada más (ni nada menos) que ser disfrutadas al máximo. Como los superpoderes de H. Araña.
Naza Chong.
ESTRENO
Puntaje: 7. En los diarios: Diego Batlle (La Nación): 8;
El vértigo placentero que provocaba ver al Hombre Araña pasearse entre los rascacielos neoyorquinos servía para ocultar muchos de los baches de la primera parte. El era un superhéroe que disfrutaba como nadie esos superpoderes que le tocaron en suerte. Esta vez todo cambia porque ahora Peter Parker se la pasa sufriendo (o lo que es peor, diciendo cuánto sufre) y esa sensación que provocaba verlo "volar" por la ciudad perdió todo carácter de sorpresa y novedad. La mayoría de las limitaciones de la película están en ese dilema entre los deseos y las responsabilidades del vigilante adolescente, y para dejarlo bien claro Parker lo repite en voz alta, aunque esté solo y nadie pueda escucharlo de su lado de la pantalla. Pero todo esto suena bastante peor de lo que realmente es la película porque la fotogenia de la pasión de Parker por Mary Jane permanece intacta. Con cada aparición de Mary Jane los lamentos constantes de Parker por la relación que no puede ser dejan de ser insoportables y se vuelven emotivos.
Es extraña la forma en que Raimi hace el reparto de minutos en pantalla de los personajes. Subraya todo el tiempo la importancia del conflicto interno de P. Parker, también son exagerados los minutos que se le brindan a la tía Mayo, porque por más que no sean demasiados ella es el personaje más chato del film y encima se la utiliza para bajar línea. Todo lo contrario sucede con el director del Daily Buggle. El es todo carisma y merece que sus momentos en pantalla sigan multiplicándose en cada entrega de la franquicia. Ante personajes con conflictos que no saben resolver, él aparece con una solución inmediata para cualquier problema. Otro que no defrauda es Doc Ock, el personaje de Alfred Molina. Sin embargo Alfred no tiene la cuota de pantalla que acostumbran tener los antagonistas. Tendencia que ojalá se mantenga en la próxima entrega porque el pelmazo del hijo del Duendecillo verde se perfila como el próximo en la lista de villanos.
Pero si hasta aquí el balance parece dejar un saldo deudor importante... ¿en dónde se pueden rescatar las virtudes de esta secuela para disimular estos baches? Se encuentran cada vez que aparece en pantalla algún medio de transporte, ya sea un ciclomotor, autos o un tren. Al escribir sobre estas escenas se podrían llenar muchísimas líneas, pero no sería justo meterse con secuencias que no piden nada más (ni nada menos) que ser disfrutadas al máximo. Como los superpoderes de H. Araña.
Naza Chong.
martes, junio 15, 2004
Tira a la vieja del depto
Dúplex (Duplex, Estados Unidos, 2003). Dirigida por Danny DeVito. Con Ben Stiller, Drew Barrymore y Eileen Essel. Ficha técnica. Sitio oficial.
ESTRENO
Puntaje: 7. En los diarios: Claudio D. Minghetti (La Nación): 6, Pablo 0. Scholz (Clarín): 6, Horacio Bernades (Página/12), Paraná Sendrós (Ámbito Financiero): 6. Metacritic: 47. Rotten tomatoes: 33%
No hay novedades en el cine de DeVito y Dúplex tal vez sea un paso atrás en su carrera como director. Esto suena mucho peor de lo que en realidad es, porque las cosas no están para nada mal en la filmografía del misántropo bajito. Eso sí, la repetición lo perjudica bastante. Otra vez hay que intentar eliminar a alguien por problemas de convivencia. Otra vez, como en Tira a mamá del tren, se trata de una señora mayor (aka vieja de mierda). Otra vez la comedia negra, aunque ahora much(ísim)o más escatológica. Claro que este ¿aggiornamiento? de los gags (¿alguien duda a esta altura que los hermanos Farrelly cambiaron definitivamente el rumbo de la comedia? Aquí no hay adolescentes fumando porro en colegios secundarios para culparlos por los pedos y los vómitos) funciona muy bien en DeVito y esa idea de intentar que el espectador evite más de una vez mirar directamente a la pantalla le sale. Lo curioso es que los otros chistes, esos que no buscan provocar repulsión en la mirada, jamás desentonan y no parecen de décadas anteriores como en el costado más tradicional y apolillado de la comedia neoyorquina (no todos los directores se quedaron ciegos por allá).
La mano que le dan Ben Stiller y Drew Barrymore a DeVito es enorme. Ellos son, sin lugar a dudas, una de las parejas ideales, de esas que mejoran cualquier comedia (cualquier película sería aún más preciso). Claro que si bien ellos no terminan de repetirse en sus personajes, los dos tienen características que ya se les pudo ver más de una vez. Por ejemplo, Stiller intentando vanamente no perder el control y Barrymore a punto de quebrarse después de haber hecho todo lo posible por intentar solucionar un problema. La sensación del déjà vu constante, el exceso en la ironía y una tonta vuelta de tuerca a la que se le subraya la importancia juegan en contra de una película que podría haber dado mucho más si se la consideraba una excusa para un aluvión de gags que involucraron a gente que sabe escribirlos (Larry Doyle, que después se metió en Looney Tunes y venía de Los Simpsons, Beavis & Butt-head y Daria), dirigirlos y actuarlos.
Naza Chong.
ESTRENO
Puntaje: 7. En los diarios: Claudio D. Minghetti (La Nación): 6, Pablo 0. Scholz (Clarín): 6, Horacio Bernades (Página/12), Paraná Sendrós (Ámbito Financiero): 6. Metacritic: 47. Rotten tomatoes: 33%
No hay novedades en el cine de DeVito y Dúplex tal vez sea un paso atrás en su carrera como director. Esto suena mucho peor de lo que en realidad es, porque las cosas no están para nada mal en la filmografía del misántropo bajito. Eso sí, la repetición lo perjudica bastante. Otra vez hay que intentar eliminar a alguien por problemas de convivencia. Otra vez, como en Tira a mamá del tren, se trata de una señora mayor (aka vieja de mierda). Otra vez la comedia negra, aunque ahora much(ísim)o más escatológica. Claro que este ¿aggiornamiento? de los gags (¿alguien duda a esta altura que los hermanos Farrelly cambiaron definitivamente el rumbo de la comedia? Aquí no hay adolescentes fumando porro en colegios secundarios para culparlos por los pedos y los vómitos) funciona muy bien en DeVito y esa idea de intentar que el espectador evite más de una vez mirar directamente a la pantalla le sale. Lo curioso es que los otros chistes, esos que no buscan provocar repulsión en la mirada, jamás desentonan y no parecen de décadas anteriores como en el costado más tradicional y apolillado de la comedia neoyorquina (no todos los directores se quedaron ciegos por allá).
La mano que le dan Ben Stiller y Drew Barrymore a DeVito es enorme. Ellos son, sin lugar a dudas, una de las parejas ideales, de esas que mejoran cualquier comedia (cualquier película sería aún más preciso). Claro que si bien ellos no terminan de repetirse en sus personajes, los dos tienen características que ya se les pudo ver más de una vez. Por ejemplo, Stiller intentando vanamente no perder el control y Barrymore a punto de quebrarse después de haber hecho todo lo posible por intentar solucionar un problema. La sensación del déjà vu constante, el exceso en la ironía y una tonta vuelta de tuerca a la que se le subraya la importancia juegan en contra de una película que podría haber dado mucho más si se la consideraba una excusa para un aluvión de gags que involucraron a gente que sabe escribirlos (Larry Doyle, que después se metió en Looney Tunes y venía de Los Simpsons, Beavis & Butt-head y Daria), dirigirlos y actuarlos.
Naza Chong.